En un contexto de crisis climática, la comunidad global ha unido esfuerzos para alcanzar la meta fijada: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello, es indispensable reemplazar el uso de combustibles fósiles con otras opciones que permitan satisfacer la demanda energética. Sin embargo, el cómo lo hagamos es fundamental y pasa por poner en el centro a los derechos humanos.
La Amazonia, el bosque tropical más grande del mundo, habitado y protegido por más de 470 pueblos indígenas y tradicionales.
El Banco Mundial considera crucial la extracción de 3.000 millones de toneladas de minerales en los próximos 30 años para impulsar la transición energética mundial. Y, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en esta región se encuentra gran parte de las reservas de recursos esenciales para este proceso: 51% de las reservas mundiales de litio, 38% del cobre, 22% del grafito natural, 39% de la plata y 17% del níquel, zinc y tierras raras.
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