El elevado objetivo de emisiones de la Unión Europea (UE) para 2030 la convierte en el líder mundial indiscutible en términos de ambición climática. En un intento por ser un emisor neto cero para 2050, el bloque apunta a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a un 55% por debajo de los niveles de 1990 para 2030, un gran salto con respecto a su objetivo anterior del 40%.
Wood Mackenzie espera que, para 2030, más de 124 GW de gas, carbón y capacidad nuclear sean desplazados en todo el continente, y la mayoría de los estados de la UE buscan aumentar el uso de energía solar. Con Alemania y España a la cabeza, la firma de investigación ve que la tecnología solar fotovoltaica (PV) generará el 20% de toda la energía en Europa para 2050. Es probable que la instalación de energía solar fotovoltaica experimente una tasa de crecimiento anual compuesta del 10% hasta el final de la década.
La energía solar se está volviendo más asequible y competitiva con otras tecnologías.
Crecen los proyectos sin subsidios
En opinión de Wood Mackenzie, las subastas gubernamentales son el mecanismo principal para impulsar la energía solar a gran escala en la mayoría de los países europeos. Este año se adjudicaron importantes asignaciones a través de licitaciones tecnológicamente neutrales, incluso en España y Polonia. Sin embargo, a medida que la energía solar se vuelve más competitiva, los proyectos sin subsidios se están volviendo más comunes, particularmente en mercados como Dinamarca y España.
Portugal vio recientemente la puesta en servicio de la planta Riccardo Totta de 219 MW, uno de los mayores proyectos no subsidiados construidos hasta ahora en Europa. Muchos proyectos no subsidiados están siendo impulsados por acuerdos de compra de energía (PPA), un mecanismo de adquisición cada vez más importante. Se han registrado 59 PPA solares en Europa en lo que va de año.
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