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Entrevista a Alfonso Valencia,
Biólogo, director del Departamento de Ciencias de la Vida del Barcelona Supercomputing Center.


Juan Enrique Gómez.


Le gustaría que hubiese un gemelo digital de su persona en la consulta del médico y que se pudiese tomar decisiones en base a los datos que le aportase su otro yo. Para el profesor Alfonso Valencia (Sevilla 1959) nos encontramos en un momento en que la tecnología puede ayudar de forma fundamental y directa a la biología, un tiempo en el que podemos crear gemelos computacionales, réplicas de nuestras células, e incluso de órganos, para probar en ellos los efectos de actuaciones clínicas, tratamientos, vacunas y avances biotecnológicos fundamentales para mejorar la calidad de vida del ser humano. Alfonso Valencia es director del departamento de Ciencias de la Vida en el Barcelona Supercomputing Center y Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), que forma parte de la Universidad politécnica de Cataluña, pero también es el coordinador y responsable del proyecto PerMedCoe, con el que se intenta crear modelos digitales de las personas y, de hecho, ya los tienen de células e incluso de órganos como un corazón humano.

Valencia asegura que la Medicina entra en una nueva dimensión en la que no es imposible la recreación computacional de un ser humano, aunque no puede determinar cuándo será una realidad tangible. Reconoce que la generación de réplicas humanas puede acarrear problemas de carácter ético, moral y social, e incluso de seguridad, pero considera que este tipo de investigaciones y su aplicación práctica a posteriori, tiene que disponer de exhaustivas medidas de control, para que nuestros datos solo estén en manos de los médicos. Hay que tener en cuenta que el objetivo fundamental del proyecto de gemelos digitales en biología es su aplicación médica y que ya está siendo utilizado en casos de tumores y otras patologías, e incluso puede llegar a evitar el uso de animales para probar medicamentos, o las controvertidas pruebas de vacunas en humanos.

Reconoce que podría llegar el momento en que fuese difícil distinguir el original de la copia, porque la aplicación de la Inteligencia Artificial nos lleva a disponer de tantos datos sintéticos, creados por la IA, que es difícil distinguirlos de los datos reales. En el caso de la copia humana, afirma que nuestro gemelo digital nunca sería tan exacto y complejo como su original. Para el profesor Valencia, no sería nada fácil replicar un cerebro humano y, aunque disponemos de mapas cerebrales muy exactos, “nos queda mucho para poder replicar un cerebro humano”. Cree que la sociedad está preparada para asimilar cambios y avances tan importantes como el gemelo digital de partes del ser humano, pero se pregunta si tendríamos que plantearnos los derechos del gemelo.

¿Qué son los gemelos digitales? ¿Es posible explicarlo de forma sencilla?
En realidad en áreas de ingeniería no son nada nuevo. Existen desde hace tiempo, por ejemplo el gemelo de una plataforma petrolífera o el de una cadena de montaje de coches. Es un sistema que simula, con todos los datos que le llegan del mundo real, el funcionamiento de la cadena de montaje y pueden predecir, en paralelo, si algo cambia, si se quiere modificar una pieza o se estropea. Se pretende estar preparado para cualquier contingencia mediante una simulación que viene dada por los datos de la cadena de montaje real. En definitiva es tener un modelo de experimentación para prepararte de cara al futuro.

¿Cómo se salta a la biología?
Pues con una  gran dificultad, porque la biología es mucho más compleja y ni siquiera conocemos todas las piezas con las que tenemos que trabajar. Nuestro conocimiento del cuerpo humano es muy  limitado, por eso no tenemos, de momento, modelos digitales del cuerpo completo de una persona.

Pero no es imposible llegar a disponer de nuestro gemelo digital.
El problema es que nadie es capaz de simular todos los procesos biológicos de un ser humano de una forma medianamente realista, pero pienso que no es imposible, ya que no deja de ser un sistema real que existe y, por tanto, podría replicarse. Podemos hacer cosas que nos aproximen a ese sistema. Efectivamente no tenemos un modelo completo, pero sí de partes del sistema que son útiles, como modelos a nivel atómico para simular procesos moleculares de proteínas, para estudiar fármacos y modelos digitales que se denominan protoórganos y otros físicos, organoids, que son versiones miniaturizadas y simplificadas de un órgano producido in vitro en tres dimensiones que muestra una microanatomía realista.

Nadie es capaz de simular todos los procesos biológicos de un ser humano de una forma medianamente realista, pero pienso que no es imposible.

¿Es cierto que han llegado a replicar un corazón?
Sí, el corazón es uno de los órganos que se han logrado simular de forma digital y que forma parte de aplicaciones clínicas actuales. Nos permite conocer cómo funciona un corazón determinado con unas condiciones y en unas circunstancias concretas, ya que reproducen tanto la parte mecánica como la electrofisiológica, como son las corrientes que circulan a través del corazón. Estos modelos se han hecho en colaboración con cardiólogos para estudiar problemas como por ejemplo las arritmias. Simulas esa arritmia y utilizas un gemelo de corazón que simula el de la persona concreta a tratar. Puedes saber qué pasa si intervengo con una ablación en ésta o aquella región determinada y ver la reacción de las ondas y cómo se distribuye, qué pasa si la arritmia está localizada en ese punto… Esta sería una simulación, un gemelo digital de órganos. Otras se hacen sobre vías respiratorias, ¿cómo diseñamos un inhalador que sea lo más efectivo posible para una persona en concreto, teniendo en cuenta su cavidad respiratoria, su densidad, sus particularidades? No tenemos el sistema completo, pero sí piezas de ese sistema.

Crear un corazón digital es hablar de protoórganos, algo muy serio, ¿No es un sueño…? va más allá de la teoría  o la investigación puramente científica
Desde luego, es muy serio y no es un sueño, existe y hay compañías de investigación interesadas, existen publicaciones científicas y colaboraciones clínicas e investigación que trabajan en estos protoórganos. Pero hay algo más que nos interesa de forma especial, que es simular tumores. Es algo que tenemos en marcha desde hace un tiempo y, por primera vez, tenemos información de células individuales e individualizadas, para saber cómo se componen diversos tejidos, cómo cambian, diferenciamos células que intervienen en el tumor, cómo se expresan y cómo es la invasión del sistema inmune. Tenemos datos generales y podemos hacer simulaciones muy realistas sobre el tumor, porque para cada célula o conjuntos de células tenemos información real de en qué estado se encuentran, como una cadena de coches, para saber cómo va a evolucionar y cómo actúa determinado medicamento.

¿Y ya se aplica en personas con tratamientos concretos para ellas?
Se aplica en personas concretas, con un tratamiento específico. No está tan avanzado como el caso de las arritmias, pero tiene el mismo potencial de aplicación. El gemelo digital del tumor de la persona en concreto nos dice cómo tal tratamiento y tal fármaco actuará en esa persona. La investigación ha avanzado mucho en los últimos dos años, porque  los ensayos preclínicos, antes de hacerlos en humanos, para los que se utilizan ratones, se hacen en prototipos que llamamos organoids, son réplicas  experimentales de órganos y también en sistemas de copias computacionales. Ahora se pide que el comportamiento de un fármaco que se prueba en animales, por ejemplo, se compruebe en organoids y sistemas digitales o en una mezcla de todo, lo que llegará a eliminar el uso de animales para experimentación. Estamos viendo un interés renovado de las compañías farmacéuticas en los organoids y en los gemelos computacionales.

Nos lleva a pensar en la creación de un gemelo digital completo. Por lo que comenta es bastante factible. ¿Qué nos queda para llegar a eso?
Ya me gustaría saber ese dato. Cien años, cincuenta, diez… no lo sabemos. La realidad es que no hay un impedimento. Solo tenemos que trabajar para conseguirlo lo antes posible. Tenemos modelos cada vez más útiles, porque tenemos mejores métodos y mejores medios computacionales.

Hablamos ahora de lo que hace unas décadas llamábamos clones, antes eran físicos y ahora computacionales. ¿Sería un clon, ya sea de una célula, un órgano o una persona?
Sí, aunque los nombres van cambiando, sería asimilable a un clon. Sabemos que no queremos reproducir exactamente lo que sería un clon, ya que ningún modelo va a ser exactamente igual a la realidad. Cuando lo explico a los estudiantes, les hablo de un cuento de José Luis Borges en el que habla de una civilización que se dedicaba a hacer mapas, cada vez más exactos y complejos, hasta que el mapa llega a ser tan grande como el país que representa. Un mapa tan exacto resultará inútil. Nuestros modelos nunca serán como la realidad, no tendrían todos los datos y detalles, solo queremos que sean buenos para generar hipótesis. El término clon es una copia exacta y el gemelo digital sugiere una menor exactitud, que se centrará en lo que se quiere estudiar en cada momento.

¿No cree que llegará el momento en el que se podría confundir el gemelo del original?
El digital es diferente, ya que uno está en el ordenador y otro en la realidad, pero es cierto que cada vez tenemos más datos  sintéticos, difíciles de distinguir de los reales. Me refiero a aquellos que te ofrece la Inteligencia artificial, por ejemplo ChatGpt, que cuando le preguntas sobre algo genera un texto o una imagen a base de datos que llamamos sintéticos y que cada vez son más difíciles de  distinguir de los reales. Nos es difícil distinguir la creación artificial de la realidad. No vamos a confundir a un humano con su gemelo digital, pero es cierto que vamos a tener cada vez más información digital con los que podemos hacer una gran cantidad de actuaciones sin necesidad de usar los datos reales, solo los digitales.

Pero sabemos que ya existen interacciones entre el universo real y el digital
Así es. Hay múltiples posibilidades de interacción práctica entre el conocimiento digital y la realidad de una persona, como por ejemplo llevar a cabo intervenciones clínicas basadas en los datos extraídos de forma digital. Hemos conocido que en los países árabes, especialmente en Qatar, hay un interés especial en los gemelos digitales, porque tienen el problema de que a las mujeres solo las pueden tratar mujeres y no tienen suficientes mujeres expertas en determinadas disciplinas médicas, de forma que a través de los datos del gemelo digital pueden ser tratadas por mujeres menos especializadas, pero con el conocimiento que aportará el gemelo digital. Son cosas en las que la realidad empieza a mezclarse con lo digital, es cierto. La práctica nos dice que tenemos que mezclar los dos universos, pero cada uno en su espacio.

La realidad empieza a mezclarse con lo digital, es cierto. La práctica nos dice que tenemos que mezclar los dos universos, pero cada uno en su espacio.

Está claro que es posible crear un gemelo digital a partir de la información de células, órganos, e incluso de una persona, pero ¿Qué pasa con los sentimientos, con cuestiones tan humanas como el amor, el dolor, la alegría, el miedo… sería posible?
No sé si en el futuro será posible llegar a los sentimientos, amor, dolor, alegría… Los primeros sistemas de lenguaje (lo que está detrás del que ya conocemos como CHATGPT) muestran propiedades interesantes, pero claramente lejos de este tipo de propiedades, aunque debemos tener en cuenta que solo es la primera tecnología en un camino que no sabemos hasta dónde puede llegar. Está claro que somos capaces de imitar los aspectos físicos del funcionamiento de una persona, pero el cuerpo humano, el individuo va más allá de esas funciones fisiológicas. Por el momento no veo factible que pueda replicar sentimientos

Un gemelo digital ya nos ayuda a tomar decisiones, pero ¿Podría tomarlas por nosotros?
No debería hacerlo en tareas críticas. En medicina deben ser solo asistentes a la toma de decisión por humanos. Esto es lógico, sensato y está  regulado. El peligro es que los profesionales no tengan instrumentos, tiempo o capacidad real para interpretar las sugerencias de los sistemas y acaben aceptándolas directamente. Es decir, no solo hace falta que los sistemas no tomen decisiones y solo asistan, hace falta que el entorno y formación proporcione a los usuarios (profesionales médicos por ejemplo) la necesaria autonomía de decisión.

¿De qué manera se interrelaciona la IA con los gemelos?
Los modelos de lenguaje van a cambiar la biología. Muchas de las partes del proceso de generar un modelo digital, un corazón latiendo, un tumor creciendo, hay partes que son computacionalmente muy costosas y necesitan generar muchas simulaciones. Todas esas cosas podemos reemplazarlas por la IA que delimitará más rápidamente los parámetros que funcionen. Podremos, incluso predecir esas simulaciones y usarlas para interpretar los resultados. Puedo usar la IA para que me ayude a interpretar y a realizar el análisis de los datos. Veremos cómo evoluciona en los próximos años

¿Sería factible crear un cerebro, estamos cerca de poder hacerlo?
Es muy complicado, el corazón es un buen comienzo porque es un músculo y tiene unos tipos celulares, con un sistema eléctrico conocido y una parte bioquímica también muy estudiada. Es un sistema sencillo en nuestro organismo, pero si piensas en otros órganos, como un riñón es más complicado. El sistema circulatorio completo es muy complejo, pero  el cerebro es la máxima complejidad a la que podríamos enfrentarnos. Ahora tenemos mapas cerebrales de mucha precisión y se ha empezado a pensar que se pueden hacer simulaciones de sectores del cerebro, pero de eso a desarrollar simulaciones del cerebro completo aún queda mucho. 

El gemelo digital del  cerebro es la máxima complejidad a la que podríamos enfrentarnos. 

¿Estaría más cerca de lo que sería replicar el alma?
No creo que sea un tema a tratar por los científicos, puede serlo como idea pero no como agenda científica. Habría que estudiar los tipos celulares, cómo se conectan, las regiones cerebrales, cómo se relaciona la corteza visual con el cerebro, como se  relaciona la memoria… todo eso son problemas que no están resueltos. Vamos a intentar saber cómo van las cosas en un nivel reducido antes de plantearnos entrar en niveles funcionales medianamente altos. No tengo respuestas más allá de la ciencia.

En relación con el cambio climático, si se pueden simular las situaciones que podrían llevar a la humanidad hacia una nueva extinción, los gemelos climáticos o de actuaciones del hombre sobre el medio, nos podría ayudar a conocer los parámetros y evitar la extinción?
Hay un proyecto enorme europeo que se llama Misión Tierra, que es crear el gemelo digital de la atmósfera a un nivel de resolución de un kilómetro cuadrado, que requiere una cantidad enorme de información de satélites, observatorios, etc. Datos que nos van a decir cómo va a afectar el clima o la interacción humana, por ejemplo, en la producción de alimentos, algo fundamental para la supervivencia de la especie. Conocer las respuestas a futuro nos dará las pautas para actuar en el presente.

¿Y la ética, nos estamos olvidando de la ética, caminamos por territorios propios de los dioses?
Todo esto se presta a mucha reflexión filosófica porque entramos en tecnologías nuevas y terrenos desconocidos. Es razonable que nos preguntemos qué pasa desde el punto de vista ético y qué consecuencias puede tener en nuestro comportamiento. Las restricciones o las condiciones de un gemelo digital en el ordenador en un hospital, tiene unos niveles de seguridad que son fundamentales y solo puede acceder quien está autorizado para ello.

Se ha llegado a hablar, incluso, de los derechos de un gemelo digital?
Sí, podríamos plantearnos qué derechos tiene el gemelo digital, determinar A medida de que el modelo es más sofisticado cada vez en más importante que sea tratado con equidad y con seguridad. Toda una serie de cosas que ya sabemos para nuestra vida real y cotidiana, hay que aplicarlas con mucho más cuidado cuando hablamos de gemelos digitales. Debemos evaluar si tiene alguno o es solo un programa informático. Es algo que a media de que se vaya normalizando tiene que ser estudiado. Cuando tengamos modelos más complejos habrá que tenerlos en cuenta. La clave es contar lo que hacemos de una forma sencilla, que la gente sepa qué estamos haciendo y sus implicaciones, para evitar bulos y desinformación.

Sí, podríamos plantearnos qué derechos tiene el gemelo digital.  A medida de que el modelo es más sofisticado cada vez en más importante que sea tratado con equidad y con seguridad.

¿Cree que la sociedad está preparada para determinar cuestiones tan complejas como esa?
La sociedad ha sido capaz de absorber en pocos años muchas cosas impensables, como los teléfonos móviles, los viajes intercontinentales, el viaje espacial. Los humanos somos capaces de adaptarnos sin problemas, lo que pasa ahora es que tenemos medios superpoderosos para difundir informaciones que pueden ser falsas… Si alguien decide por razones políticas, que no existe el cambio climático o cualquier otra cosa,  podríamos tener un problema. No es que la sociedad no sepa, pueda o quiera adaptarse, sino de que ha de ser informada de forma veraz y debemos evitar que se le desinforme. Esa es la clave para que la sociedad pueda aceptar cambios y avances tecnológicos tan importantes.

¿Piensa que el universo digital podría ser causa de extinción?
Hay tecnologías y expresiones que pueden tener un uso muy perverso. En principio los usos que uno puede imaginar no son maliciosos, pero conocemos la capacidad del hombre para usar cualquier cosa para el bien o para el mal. Son tecnologías muy poderosas…

¿Le gusta la ciencia ficción?
Me gustan algunos libros de ciencia ficción, porque lees cosas que pueden ser premonitorias, pero me gusta más otro tipo de literatura…

¿Cómo se siente al ver en pantalla un corazón creado por usted?
Como científico lo veo con orgullo. Cuando lo cuento a estudiantes o en charlas, veo la sensación de sorpresa… Desde el punto de vista personal y científico, es solo el principio.


DICHO QUEDA EN EL ÁGORA

  • Con un gemelo digital tenemos un modelo de experimentación que permite mirar al futuro
  • En biología ni siquiera conocemos todas las piezas con las que tenemos que trabajar
  • Nuestro conocimiento del cuerpo humano es muy  limitado
  • Nadie es capaz de simular todos los procesos biológicos de un ser humano de una forma medianamente realista, pero no es imposible
  • El corazón es uno de los órganos que se han logrado simular de forma digital, y que forma parte de aplicaciones clínicas actuales
  • No queremos reproducir exactamente lo que sería un clon, ya que ningún modelo va a ser exactamente igual a la realidad
  • Nuestros modelos nunca serán como la realidad, no tendrían todos los datos y detalles, solo queremos que sean buenos para generar hipótesis
  • Llegaremos a eliminar el uso de animales para experimentación
  •  Es verdad que la Inteligencia Artificial nos aportada cada vez más datos sintéticos que nos hace difícil diferenciar entre creación y realidad
  • No hay posibilidad de confundir el original con su gemelo, ya que uno está en el ordenador y el otro en la realidad.
  • En la práctica sí existe una interrelación entre el universo real y el digital, ya que en intervenciones clínicas se usa el gemelo digital para tratar a la persona real
  • Conocer las respuestas a futuro nos dará las pautas para actuar en el presente.
  • Crear un gemelo digital de un corazón humano es muy serio, pero no es un sueño
  • Puedo usar la IA para que me ayude a interpretar y a realizar el análisis de los datos. Veremos cómo evoluciona en los próximos años
  • El cerebro es la máxima complejidad a la que podríamos enfrentarnos. Aún queda mucho para poder crear un gemelo del cerebro.
  • Replicar el alma puede ser una idea, un concepto, pero no forma parte de una agenda científica
  • Hay un proyecto enorme europeo que se llama Misión Tierra, que es crear el gemelo digital de la atmósfera a un nivel de resolución de un kilómetro cuadrado, que nos ayudaría a entender mejor el cambio climático
  • A medida de que el modelo es más sofisticado cada vez en más importante que sea tratado con equidad y con seguridad. Cuestiones que aplicamos a nuestra vida diaria hay que aplicarlas con mucho más cuidado cuando hablamos de gemelos digitales.
  • La clave es contar lo que hacemos de una forma sencilla, que la gente sepa qué estamos haciendo y sus implicaciones, para evitar bulos y desinformación.
  • A medida de que el modelo digital es más sofisticado, cada vez en más importante que sea tratado con equidad y con seguridad, incluso habrá que estudiar sus derechos
  • El uso de la tecnología de los gemelos digitales no es malicioso, pero conocemos la capacidad del hombre para usar cualquier cosa para el bien o para el mal.

Entrevista a Federico Mayor Zaragoza.
Presidente de la Fundación Cultura de Paz;
ex director general de la Unesco.
Llama a la ciudadanía a movilizarse para afrontar las graves amenazas globales e iniciar un futuro esperanzador. “Ha llegado el tiempo de eliminar el veto de las Naciones Unidas y de la Unión Europea para iniciar una nueva era”.


Juan Enrique Gómez.


Está convencido de que vivimos un tiempo en el que la humanidad se juega la democracia, el futuro y su propia supervivencia. Federico Mayor Zaragoza (Madrid 1934) tras más de cuatro décadas como parte y observador privilegiado de los movimientos sociales y geopolíticos internacionales, considera que  “En estos momentos, ante el silencio de las organizaciones internacionales que deberían poder intervenir para hallar soluciones democráticas —la Unión Europea y las Naciones Unidas, ambas inhabilitadas por el veto de la ‘unanimidad’, en el primer caso, o de los vencedores de la II Guerra Mundial, en el segundo— es urgentísimo que se proceda a la movilización de la ciudadanía, consciente del apremio con que hay que afrontar las amenazas globales, especialmente las potencialmente irreversibles, para poder iniciar una nueva era”. Lo dijo en su momento y se reafirma sin dudarlo en esta entrevista, ya que los vetos, de cualquier tipo, impedirán un futuro esperanzador para la humanidad, porque, dice “ha llegado el momento de ser libres y responsables”.

El nombre de Federico Mayor es reconocido en todo el mundo. Profesor de Bioquímica, e investigador, preocupado por el devenir de la historia y del mundo en una época de grandes cambios, se convertía en los sesenta en rector de la Universidad de Granada e iniciaba una dilatada y fructífera carrera personal, profesional y política que le llevaría a ser ministro de España (1981-82), diputado y Director General de la Unesco (1987-1999). Entraba a formar parte del reducido club de quienes movían los parámetros del mundo, pero en su caso, desde el ámbito de la cultura, la ciencia y el reconocimiento de la historia y singularidades de los pueblos.

Ahora, en pleno siglo XXI, mira el mundo de una forma muy directa. La experiencia le dicta que “solo el diálogo es el método para lograr la estabilidad y la solución de los conflictos”, pero sabe, por experiencia, que “es un arma nunca aceptada por los poderosos”.

Federico Mayor mantiene su convencimiento de que la educación consigue hacer personas libres y que, a pesar de las muchas trabas, “transitaremos de la fuerza a la palabra para elegir el mejor de los destinos”. Cree que los humanos somos los únicos seres conscientes de la colosal realidad que es el Universo, “somos sus ojos” y que en nuestra mano está inventar un futuro que se convierta en esperanza personal y colectiva.

¿Es posible inventar el futuro?
Es posible. Y es apremiante. Es nuestra esperanza personal y colectiva. Cada ser humano dotado de las facultades distintivas de pensar, imaginar, anticiparse, innovar… ¡crear… para contribuir a inventar el futuro. A la imperiosa necesidad de inventar un devenir que esté a la altura de la sociedad humana he dedicado, precisamente, un libro entero (‘Inventar el futuro”, Ánfora nova,2021).

¿Cree en la existencia de un universo inacabable?
¡Claro! Si hay alguna realidad incontestable es la existencia del universo, inmenso, infinito. Es un gran misterio.

Los seres humanos, únicos seres conscientes de esta colosal realidad, son los ‘ojos del universo’. Sin la especie humana, el universo sería una formidable existencia desapercibida. La especie humana ‘sabe que sabe’.

Le he oído hablar de “memoria del futuro”. ¿Memoria individual o colectiva?
Memoria del futuro a escala personal y de la sociedad en su conjunto, para que nuestros comportamientos cotidianos sean de tal naturaleza que el futuro alcance la grandeza que corresponde a la creatividad humana.

Nos enfrentamos, por primera vez en la historia, a desafíos globales causados por la propia vida humana (Antropoceno).

¿Estamos preparados para evitar un grave deterioro de la habitabilidad de la Tierra?
Actualmente somos progresivamente conscientes de la naturaleza de los retos que enfrentamos y, muy particularmente —quiero destacarlo como científico— de los que pueden alcanzar puntos de irreversibilidad. Ahora, plenamente conocedores de la realidad actual, tenemos que adaptar nuestra conducta a la búsqueda e invención de actuaciones a escala local e ilimitada, para hacer frente oportuna y firmemente a los retos de toda índole, con muy especial atención —insisto en ello— en los potencialmente irreversibles. ‘Nosotros, los pueblos… hemos resuelto evitar a las generaciones venideras el horror de la guerra’. Así se inicia la Carta de las Naciones Unidas. Pero ‘los pueblos’ no existían: el 90 % de los seres humanos nacían, vivían y morían en unos kilómetros cuadrados y la discriminación por razón de género, etnia, ideología, creencia… era enorme… y ‘los pueblos’ carecían de voz y no podían participar. Ahora, en pocas décadas, se ha progresado enormemente en la no discriminación, en la igual dignidad, y cuentan con la tecnología digital para expresarse libremente. Ahora, por fin, ya podemos. Ahora, ya debemos.

Usted siempre ha abogado por el diálogo para solventar los problemas entre los pueblos, disparidades y confrontaciones. ¿No cree que se trata de una reiterada propuesta utópica?
Bien al contrario. Sustituir la fuerza por la palabra ha sido el firme propósito de todas las organizaciones democráticas. En 1919, el Presidente Woodrow Wilson, al final de la terrible primera guerra mundial, creó la Sociedad o Liga de Naciones en Ginebra “para que nunca más fuera preciso resolver las situaciones que llevan al enfrentamiento por las armas, sino por la mediación y el diálogo”.

Este gran proyecto de paz fue truncado por el partido republicano de los Estados Unidos, que —¡deber de memoria!— no permitió que el país más poderoso de la Tierra fuera parte de la Sociedad de Naciones creada por un presidente demócrata de Norteamérica.

Sin pautas para la concertación y el diálogo, Alemania volvió a rearmarse y se desarrolló el supremacismo nazi y fascista… y nipón. Millones de muertos… y la fundación, al final del horrible conflicto, de las Naciones Unidas por el gran presidente demócrata Franklin D. Roosevelt en 1945.

Pero el perfecto diseño multilateral democrático fue, inmediatamente, inhabilitado por los cinco vetos otorgados a los ‘vencedores’ de la II gran guerra.

Esta es la razón, que debe ahora rememorarse, de que nunca se haya podido poner en práctica la lúcida primera frase de la Carta de las Naciones Unidas. Lo mismo acaba de acontecer con la Unión Europea: la capacidad de acción que tuvo en el año 2003 el Presidente Jacques Chirac para, en nombre de Europa, aclarar el perverso bulo de las ‘armas de destrucción masiva’ en Irak, se ha desposeído ahora a la que podría ser la gran unión democrática influyente a escala global, porque se ha añadido en la UE el requerimiento de ‘unanimidad’  para la adopción de decisiones.

No, no es un pensamiento utópico. Es la gran solución nunca aceptada por los más poderosos. La actual plutocracia—supremacista de los grupos G debe sustituirse sin dilación por un multilateralismo democrático. Corresponde a ‘Nosotros, los pueblos…’, con una gran movilización a escala mundial, sustituir una vez la solución preconizada desde tiempo inmemorial de ‘Sí vis pacem para bellum’ por ‘Sí vis pacem para verbum’.

Será la palabra la que permitirá iniciar una nueva era.

¿Cree que las mujeres y los jóvenes serán la clave en la invención de nuevos rumbos?
En las últimas décadas se ha logrado eliminar en buena medida la discriminación de género: ya nos reconocemos iguales en dignidad y la mujer juega progresivamente el papel esencial que le corresponde. Como me dijo Nelson Mandela, ‘la mujer solo excepcionalmente utiliza la violencia El hombre, solo excepcionalmente no la utiliza’. Muchos deben recordar la puesta en práctica de los deberes intergeneracionales. Y ayudar a la juventud a no ser espectadores de lo que sucede, sino activos protagonistas.

Usted dijo hace tiempo que “la única solución es el amor”, parafraseando a Miguel Hernández (‘Vivir caminando con el amor a cuestas’).  ¿Lo mantiene?
Fue don Miguel de Unamuno, el gran referente, quien puso de relieve la ‘pedagogía del amor’. Si de verdad pretendemos educar para una ciudadanía ‘libre y responsable’ (artículo 1 de la Constitución de la Unesco), sigamos puntualmente la recomendación de ambos Migueles.

Se habla de nuevos sistemas educativos, de escuela y conciencia, de planes y objetivos… ¿No sería más sencillo y efectivo hablar, simplemente, de Educación, con mayúscula?
En primer lugar, no hay que confundir educación con capacitación. Saber más matemáticas o lenguas, no tiene nada que ver con ser mejor educado. Don Francisco Giner de los Ríos lo aclaró lúcidamente, diciendo que ‘educación es dirigir la propia vida’, e ‘inspirados siempre en principios democráticos’, como indica el preámbulo de la Constitución de la UNESCO.

La gran Comisión Pedagógica que siendo Director General de la Unesco encomendé en 1992 al Presidente del Consejo de Europa, Jacques Delors, estableció las siguientes ‘avenidas’ hacia una educación de calidad:

Aprender a ser

Aprender a conocer

Aprender a hacer

Aprender a vivir juntos.

A estos cuatro aprendizajes esenciales añadí ‘aprender a emprender’, a actuar, ya que al ‘sapere aude’ (atrévete a saber) de Horacio, pensé que era imprescindible añadir ‘saber atreverse’.

Cada ser humano, único, capaz de crear, y educación para una ciudadanía libre y responsable, son, no cabe duda, las premisas esperanzadas de la sustitución, en breve plazo, de la irresponsable gobernanza actual plutocrática y supremacista por una gobernanza democrática multilateral. La libertad es el gran don humano, y es apremiante cumplir, audazmente, diligentemente nuestras responsabilidades. Inspirados por los valores supremos, podremos transitar, por fin, de la fuerza a la palabra.

¿Por qué no nos damos cuenta de que el cambio climático global es un peligro inminente?
Porque los grandes poderes (económico y militar) coaligados han impedido siempre que se escuchara a los científicos, a la ciudadanía que vive la realidad que se le oculta. Por mi especialidad en la detección en el neonato de enfermedades que si no se diagnostican y tratan oportunamente afectan irreversiblemente al sistema neurológico, siempre me he preocupado de los otros fenómenos que pueden alcanzar puntos de no retorno. En este sentido he vivido las advertencias de Aurelio Peccei, fundador del club de Roma, quien, en 1970, ya advertía sobre los límites del crecimiento. Y la Unesco reforzaba sus programas oceanográficos (el agua marina constituye los 2/3 de la piel de la tierra) y ‘El hombre y la biosfera’. Una vez más, inercia, institucional y personal. Se decidió entonces organizar en Río de Janeiro una gran Cumbre Mundial, para que la voz de los pueblos fuera, finalmente, escuchada. Se elaboró un excelente documento: la Agenda siglo XXI, que daba las pautas para los múltiples cambios requeridos tanto de naturaleza ecológica como económica y social. El G7 no prestó la menor atención a estas sabias directrices para el nuevo siglo, tan bien elaboradas. La misma suerte corrieron documentos tan relevantes como la Declaración y Programa de Acción para una Cultura de Paz (1999) y la Carta de la Tierra (2000).

A pesar de todo ello, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan,  puso especial empeño en la celebración de otra Cumbre Mundial, esta vez en Johannesburgo. Tuvo lugar en el año 2002… Y, de nuevo, el G7 presidido por George Bush Jr no sólo no prestó atención a las clarividentes propuestas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sino que decidió, basado en falsas presunciones, la invasión de Irak. En el año 2015, hay una ventana de espera esperanzada: el Presidente demócrata de los Estados Unidos Barack Obama, firma en París los Acuerdos sobre el Cambio Climático y dos meses más tarde, en noviembre, suscribe en la Asamblea General de las Naciones Unidas, la resolución “para transformar el mundo” sobre la Agenda 2030.

Pero no funcionó.

Todo aparecía, por fin, listo para un gran cambio en la gobernanza mundial. Sin embargo —deber de memoria— a los pocos meses se elige Presidente de Norteamérica al republicano, Donald Trump, quien, el mismo día de su elección, anuncia que no pondrá en práctica ninguno de los acuerdos suscritos por su antecesor… Y durante seis años sin la menor reacción europea ni de otra naturaleza. ‘Nosotros, los pueblos’, calla. La Unión Europea carece de importancia cuantitativa pero cualitativamente era, como ya he manifestado, muy relevante. Pues bien, con la adopción del requerimiento de unanimidad para la toma de decisiones, resulta que es  ahora una organización militar y el G7 los interlocutores de Putin en la guerra. Digo todo eso para que quede muy claro que ha llegado el momento, impostergable, de los otros grandes movimientos, los que pueden llevar a cabo la transición de la gobernanza plutocrático—militar actual a una gobernanza multilateral democrática.

¿Ciencia y humanidades es la receta perfecta?
El tiempo de la inhibición y del silencio ha concluido. Se trata de saber y, sobre todo, de crear. ‘Inteligencia artificial’, sí, pero prevaleciendo la natural Acopio ilimitado de datos, sí, pero sin olvidar —como me dijo el Prof. Hans Krebs en Oxford— que el éxito radica en ‘pensar lo que nadie ha pensado’. El cambio de ‘vía’ que preconiza Edgar Morin —de vía y de vida— es imprescindible e inaplazable.

Ciencia y consciencia. Seres humanos conocedores de la realidad y de sus responsabilidades, sí: ha llegado el momento —por la irreversibilidad— de ser ‘libres y responsables’ a escala planetaria.

¿Qué nos ha enseñado la pandemia COVID 19?
Que la acción concertada y bien fundamentada científicamente es posible; que `Nosotros, los pueblos…’ y, sobre todo, que ha llegado el momento histórico de eliminar el veto de las Naciones Unidas y de la Unión Europea para iniciar la nueva era.

Podemos ahora poner en práctica grandes acciones colectivas a nivel global;

Usted se ha declarado creyente. ¿No ha encontrado en la ciencia respuesta a algunas cuestiones esenciales?El misterio de cada vida humana… sus capacidades distintivas… las características del universo y de la especie humana… todo lleva a perseverar en la búsqueda de explicaciones… a, cómo decía antes, ‘atreverse a saber y saber atreverse…’.


DICHO QUEDA EN EL ÁGORA

  • Es apremiante inventar el futuro, es nuestra esperanza personal y colectiva
  • Sin la especie humana, el universo sería una formidable existencia desapercibida
  • Los seres humanos, somos los “ojos del universo”
  • Que el futuro alcance la grandeza que corresponde a la creatividad humana.
  • En pocas décadas, se ha progresado enormemente en la no discriminación, en la igual dignidad
  • Sustituir la fuerza por la palabra ha sido el firme propósito de todas las organizaciones democráticas
  • Corresponde a ‘Nosotros, los pueblos…’, con una gran movilización a escala mundial, sustituir una vez la solución preconizada desde tiempo inmemorial de ‘Sí vis pacem para bellum’ por ‘Sí vis pacem para verbum’. Será la palabra la que permitirá iniciar una nueva era.
  • No hay que confundir educación con capacitación. Saber más matemáticas o lenguas, no tiene nada que ver con ser mejor educado
  • El perfecto diseño multilateral democrático fue, inmediatamente, inhabilitado por los cinco vetos otorgados a los “vencedores” de la II gran guerra.
  • Solucionara los problemas con el diálogo no es un pensamiento utópico. Es la gran solución nunca aceptada por los más poderosos
  • Será la palabra la que permitirá iniciar una nueva era.
  • Debemos ayudar a la juventud a no ser espectadores de lo que sucede, sino activos protagonistas
  • Debemos cambiar la irresponsable gobernanza actual plutocrática y supremacista por una gobernanza democrática multilateral.
  • Inspirados por los valores supremos, podremos transitar, por fin, de la fuerza a la palabra.
  • El G7 no prestó la menor atención a las sabias directrices para el nuevo siglo de la Cumbre de Río en relación con el cambio climático
  • El misterio de cada vida humana… sus capacidades distintivas… las características del universo y de la especie humana… todo lleva a perseverar en la búsqueda de explicaciones… a, cómo decía antes, ‘atreverse a saber y saber atreverse…’.

Entrevista a Ángel Ibarra.
Doctor en Física por la Universidad Autónoma de Madrid, dirige el Consorcio IFMIF-DONES España, que dentro del Programa Europeo de Fusión, tiene como misión poner en marcha un acelerador de partículas, -que ha empezado a construirse en Granada-, para comprobar el comportamiento de materiales que los científicos consideran que podrán formar parte de los futuros reactores de fusión.


Juan Enrique Gómez.


Sobre él recae una gran parte del peso de uno de los retos más importantes que tiene la Humanidad para sobrevivir en los próximos siglos. Encontrar una fuente de energía suficientemente segura, barata y casi inagotable, que permita el desarrollo de una sociedad con una clara y creciente dependencia tecnológica. Ángel Ibarra es doctor en Física por la Universidad Autónoma de Madrid, dirige el Consorcio IFMIF-DONES España, que dentro del Programa Europeo de Fusión, tiene como misión poner en marcha un acelerador de partículas, —que ha empezado a construirse en Granada­—, para comprobar el comportamiento de materiales que los científicos consideran que podrán formar parte de los futuros reactores de fusión, y decidir cuáles de ellos nos garantizarán la estabilidad y funcionamiento de un sistema que pretende, nada más y nada menos, que emular el nacimiento de las estrellas, un proceso en el que se libera una enorme cantidad de energía que podemos aprovechar para la generación de electricidad, todo ello a partir de la fusión de pequeños átomos que encontramos en elementos tan comunes, abundantes y renovables, como el hidrógeno del agua.

Cree que existe una componente filosófica en la física muy grande. “Hay aspectos de la física que tienen mucha incidencia en la forma de pensar de la gente, influye en la humanidad y en el concepto de planeta y universo”.

Ángel Ibarra, tras más de cuatro décadas dedicado a la investigación energética y a la energía de fusión como base, cree que la humanidad tiene que conjugar el uso de diversas fuentes energéticas sostenibles para cubrir sus crecientes necesidades, pero no comparte las ideas que indican que la sociedad ha de ir hacia atrás y renunciar a ciertos desarrollos para no incrementar su consumo energético. Se escandaliza cuando algunos colectivos piden que no viajes en avión y lo hacen a través de las redes sociales, cuando internet y sus miles de centros de datos repartidos por el mundo, es uno de los mayores consumidores de electricidad del planeta.

Como científico no entiende que, en un momento en el que tenemos grandes carencias energéticas, se cierren centrales nucleares que funcionan con seguridad, y apuesta por el uso combinado de fuentes energéticas, mientras advierte que las renovables necesitan ser complementadas con otras tan denostadas como las de fuel o carbón, ya que se pueden apagar y encender a nuestra voluntad.

Fusión y fisión… dos formas de obtener energía nuclear. ¿En qué se diferencian?
La fisión es romper los átomos y, al partirlos, se genera energía, la fusión es pegar los átomos y al unirlos se produce energía, pero no los mismos átomos, en la fisión se dividen átomos grandes en otros más pequeños, y en la fusión se utilizan otros más ligeros, de reducido tamaño, para ir uniéndolos y conseguir átomos más grandes. Si miras los que hay en la naturaleza, los más estables, los que cuesta más romper o deshacer, son los del hierro, pero cualquiera que sea mucho más grande que eso se puede romper para irlos reduciendo y al revés, átomos chicos se pueden pegar para llegar a ser como los del hierro. Es el mecanismo que utiliza la naturaleza para crear las estrellas y los planetas.  El gas inicial en el universo es una mezcla de átomos de hidrógeno que, con el tiempo, generan otros más pesados, entre ellos los del hierro y otros elementos que son es con los que se forman los planetas.

¿Es posible que el hombre emule a las estrellas?
Naturalmente que sí. Durante toda la historia de la humanidad lo que hemos intentado hacer es emular, e incluso mejorar, lo que encontramos en la naturaleza. Ahora hablamos de imitar a las estrellas, pero hace 12.000 años, cuando se inició la agricultura, lo que hacíamos era imitar lo que hacían las plantas a nuestro alrededor para conseguir que crecieran las que nosotros queríamos. La comparación con las estrellas podría parecer exagerada, pero desde un punto de vista histórico y de importancia para la humanidad no sé qué es más importante, dominar la agricultura o la energía del sol. Para nosotros sí, pero imaginemos lo que era para el hombre del neolítico no tener que depender de encontrar bayas con las que comer y poder generar y disponer de comida de forma más fácil y continuada. Era un cambio absolutamente radical. Para ellos era tan extraordinario como puede ser, para nosotros, emular a las estrellas

Para obtener energía Imitamos el mecanismo que utiliza la naturaleza para crear las estrellas y los planetas.

¿Se podría decir que estamos más cerca de formar parte del olimpo de los dioses, e incluso de cambiar las claves por las que se rige el planeta?
Eso son palabras mayores. No creo que tengamos muy claro las claves por las que se rige el planeta, ni mucho menos. La naturaleza no depende de un único parámetro y puede ser muy inestable, le afectan muchas cosas, que a su vez están condicionadas por muchas otras,  y no creo que tengamos un entendimiento preciso de esos parámetros como para ser capaces de pensar que los controlamos. Realmente sí tenemos control sobre algunas cuestiones, pero aunque nuestra tecnología es muy potente, nos queda mucho que aprender todavía.

Lo vemos con los efectos del cambio climático.
El problema de las alteraciones climáticas es un ejemplo claro de esa complejidad. Independientemente de los efectos que ya estamos viendo, el principal riesgo en el cambio climático es que nos salgamos de una situación de equilibrio y cuando esto ocurre, en un fenómeno multiparamétrico, la siguiente situación de equilibrio que encontremos no tiene por qué ser la misma, e incluso podría ser completamente distinta. No tenemos ni idea de a dónde vamos o hacia dónde podemos ir.

Como responsable del proyecto del acelerador de partículas de Granada, clave para la futura energía de fusión, sobre usted recae el peso de una parte muy significativa del futuro energético de la humanidad ¿Cómo se sobrelleva esta responsabilidad?
No he pensado demasiado en eso. Siempre he creído que el desarrollo humano, el futuro de la humanidad, depende críticamente de disponer de energía especialmente barata y, de hecho, mirando a la historia, los desarrollos humanos más significativos han estado claramente relacionados con la disponibilidad de una nueva forma de energía o de una mejor forma de explotarla. El futuro que nos espera depende de tener esa energía asequible, y la forma en la que estamos generando energía en la actualidad es claramente insostenible, no lo digo solo por el efecto en el clima, sino porque estamos utilizando recursos finitos. Los métodos de producción tienen que cambiar radicalmente y, si queremos progresar, tenemos que producir mucha más energía que la que ahora generamos. No me gusta plantear fechas, sino que dentro de unas cuantas décadas tendremos que ser capaces de producir más energía que ahora y mediante métodos que no se usan en la actualidad o se utilizan muy poco. Es verdad que empleamos algunos sistemas como la fotovoltaica y renovables en general, pero el porcentaje global de lo que generamos en el mundo es muy pequeño. Dentro de cien o doscientos años tenemos que ser capaces de producir tres o cuatro veces más que ahora utilizando métodos radicalmente distintos a los de ahora. Ahora no tenemos claro cuáles serán esos métodos. Estamos en una encrucijada… Nunca es bueno fiarse de una única fórmula y conviene tener disponibles diversas opciones. Siempre he pensado que la fusión, junto a fotovoltaica y renovables en general tienen que ir juntas, y no hay mucho más que pueda ser relevante. 

¿Cree que deberíamos parar, intentar reducir nuestras necesidades energéticas?
A pesar de que hay gente que piensa que debemos ir hacia un decrecimiento, se ha demostrado históricamente que el desarrollo y el bienestar humano está directamente relacionado con el consumo de energía. Pensar que podemos ir hacia atrás en nuestras necesidades energéticas y que seremos capaces de vivir en una sociedad menos consumista, menos ambiciosa, menos viajera, etc… no es viable, porque los que son viajeros, consumistas y vivimos por encima de ciertos niveles somos pocos, Estados Unidos, Europa y poco más, y otros como China, África, India y países menos desarrollados, tienen que aumentar mucho sus necesidades energéticas para ser como nosotros.

¿Se puede explicar de forma sencilla qué es el proyecto del acelerador de partículas?
Es una herramienta que hemos diseñado para simular el entorno que habría en un reactor de fusión y comprobar cómo se comportan algunos de los componentes y materiales que queremos utilizar dentro de un futuro reactor de fusión, no es nada más que eso. En lugar de construir un reactor de fusión, que todavía no sabemos cómo hacerlo y costaría mucho dinero, hemos diseñado un sistema, más barato, que nos permite constatar el funcionamiento de un reactor a escala pequeñita. Pretendemos hacer experimentos de forma que entendamos lo que podría ocurrir en un futuro reactor. Podríamos construir cinco reactores y ver si alguno de ellos funciona, pero esa manera no tiene lógica y si lo quieres hacer con metodología, la simulación en el acelerador es esencial en el camino del desarrollo de esta tecnología.

Los desarrollos humanos más significativos han estado claramente relacionados con la disponibilidad de una nueva forma de energía o de una mejor forma de explotarla.

Si en España conseguimos dar con los materiales que favorecerán la generación de energía de fusión de forma más sencilla y segura… Estamos ante un verdadero hito histórico y científico…
Creo que sí, es un hito y es relevante en dos aspectos diferentes. Nos va a permitir explorar un área de la ciencia, los materiales, mediante una herramienta que no se ha construido nunca, un área nueva del conocimiento. Por otra parte, la tecnología que nos permite construirlo también es nueva, estamos explorando un área nueva en la tecnología de aceleradores, de forma que si el proyecto funciona razonablemente bien, las siguientes generaciones de aceleradores y experimentos que se basen en ellos aprenderán de lo que desarrollemos nosotros y se harán cosas que ahora no se pueden hacer… Estamos explorando territorios desconocidos.

¿Es la fusión la energía del futuro?
Esa es mi apuesta. Creo que puede ser una de las energías del futuro. No me gusta decir que vamos a utilizar una única fuente de energía, eso no tiene lógica, tenemos que usar varias en paralelo, pero la fusión puede ser una de las más importantes en el futuro.

Mi apuesta es que la fusión sea una de las energías del futuro,
pero convertir la fusión en una fuente de energía significativa para la Humanidad llevará tiempo
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¿El problema, por el momento, está en conseguir que la energía producida para la fusión sea mayor que la que has consumido?Sí, conseguir una reacción de fusión es muy fácil, solo necesitas un átomo de tritio y otro de deuterio y que choquen entre sí, se puede hacer en cualquier laboratorio, lo que es muy difícil es producir muchas reacciones de fusión a la vez y que la energía que necesitas para hacerlo sea menor que la que produces. En algunos experimentos en Estados Unidos e Inglaterra se ha conseguido de forma inicial, pero no se tienen en cuenta el gasto energético de los sistemas que hay alrededor del experimento y que son fundamentales para que haya funcionado, aún no hemos conseguido que la energía que sale sea mayor que la que hemos necesitado para producirla.

Y los plazos ¿tenemos que pensar en decenas de años?
El problema de estos proyectos es que son relativamente caros, la velocidad a la que puedes desarrollar las cosas depende de la cantidad de dinero que tienes. Si puedes lanzar varios proyectos en paralelo puedes avanzar más rápidamente. Con el nivel de financiación que hay ahora se espera que el desarrollo de la fusión, con el proyecto ITER en Francia, IFMIF-DONES en España con el estudio de materiales, y un DEMO, que podrá generar electricidad. Ese reactor de demostración podría construirse en los años cuarenta de este siglo y podría funcionar en los cincuenta razonablemente, pero eso no significa nada. Es demostrar que la tecnología funciona, pero no sería significativo en el mercado eléctrico. Para conseguir un 10% de las necesidades del mercado supondría haber construido varios cientos de reactores de fusión, no uno de demostración. Para hacerlo necesitamos varias generaciones. Después de este DEMO habrá dos o tres primeros reactores, otros diez o veinte y más tarde, cincuenta o sesenta, y llegar a un 10% del mercado, falta mucho tiempo. ¿Cuánto tiempo llevamos instalando placas fotovoltaicas en el mundo? Medio siglo y no llegamos al 5% del mercado mundial, la energía de fisión no llega al 15% a pesar de llevar más de cincuenta años. Convertir la fusión en una fuente de energía significativa para la humanidad llevará tiempo.

Las necesidades energéticas en el mundo son muy diferentes, unos territorios tienen mayores necesidades que otros
Los consumidores somos muy diferentes, no es igual una fábrica de coches que el consumo en una casa o la red de iluminación de una ciudad. La forma de alimentar esas necesidades es mediante fuentes de energía de base, que con las que de forma constante están generando las necesidades básicas, pero además debemos tener otras fuentes que podemos encender y apagar cuando lo necesitemos de forma puntual. Hasta ahora ha funcionado razonablemente bien, con la nuclear como energía de base y otras como las del gas, fuel o carbón, que son fáciles de encender o apagar. Hemos añadido recientemente la solar y eólica, que son variables, pero tienes que seguir teniendo fuentes que puedas encender y apagar.

¿Es coherente, entonces, seguir utilizando fuentes como las centrales de fuel o carbón para momentos de mayor necesidad energética?
Es necesario y, en este momento, no hay alternativa. Quizás las de carbón sean las menos recomendables, pero se están usando las de gas. Cada vez que instalas un parque fotovoltaico o eólico, tienes que reservar una determinada capacidad en una central de gas para cuando no lo hacen las placas o el viento. Estas fuentes de energía están directamente relacionadas.

¿Es positivo seguir en la línea del autoconsumo. Debemos continuar instalando placas en los tejados?
Es bueno, para el consumidor está bien, pero me preocupa que para crear los paneles solares y aerogeneradores se necesita una gran energía para su producción, y no quiero pensar en lo que ocurrirá cuando haya que reciclar todas esas instalaciones se necesitará una cantidad ingente de energía. No estoy seguro de que sea lo mejor desde el punto de vista de eficiencia. Nos viene muy bien como consumidores, pero pensando en el futuro, me preocupa.

¿Deberíamos cambiar nuestros hábitos de consumo para conseguir una sociedad que ahorre energía?

Yo creo que es bueno que seamos conscientes de las consecuencias de lo que hacemos, de forma que cuando coges un avión o el coche y haces 500 kilómetros tu solo en lugar de tomar un autobús, hay que ser consciente de lo que hacemos. Pero lo que creo es que aunque nos moderemos un poco, al final, el bienestar humano está correlacionado con la energía.

El bienestar humano está correlacionado con la energía, por lo que tenemos que ser conscientes de lo que consumimos.

¿Es cierto que las tecnologías de la información, el uso de internet, las redes sociales, el comercio y el ocio on-line, son grandes consumidores de energía?
Sí. Es un ejemplo que pongo siempre aunque sea algo muy evidente. Uno de los mayores consumidores de electricidad del mundo es internet. Lo primero que tendríamos que hacer si queremos aplicar la filosofía de volver a una sociedad menos consumista sería cortar internet. Me preocupa y me produce indignación que se estén almacenando los ‘memes’ que vienen por Whatsapp en centros de datos en el mundo. Tenemos que pensar que lo que tenemos en el móvil ocupa sitio en muchos centros de datos distribuidos por ahí. Los centros de datos son unos consumidores de energía salvajes, de forma que la energía que estamos desperdiciando en guardar jilipolleces, con perdón, es bestial. Es que el 95% del uso que hacemos de la red es ocio y no tenemos ningún control sobre ello. Es una auténtica barbaridad la energía que se gasta para cosas que no son ni útiles ni necesarias. Cuando algunas personas defienden que no viajemos en avión y cojamos el tren, no nos dicen que lo primero que tendríamos que hacer es no utilizar las redes sociales para decir eso. Evidentemente exagero un poco, pero hay que ser consciente de esta cuestión. Estamos haciendo un mal uso de herramientas maravillosas y útiles.

¿Cerrar y desmantelar las actuales centrales nucleares es coherente, o lo ideal sería utilizarlas a la vez que otras fuentes de energía?
Aquí hay dos aspectos diferentes a tener en cuenta. Una es abrir nuevas centrales y otra cerrar las que están funcionando en este momento. Desde un punto de vista meramente económico, cerrar las actuales es un error. Mientras sean seguras y en España hay métodos de control suficientemente avanzados para pensar que son razonablemente seguras, es un error, porque están construidas y pagadas, solo gastan combustible y el coste producción es relativamente bajo. Cada central que cerramos tendríamos que sustituirlas por otras nuevas, sean de fuel, fotovoltaicas o lo que sea. Yo mantendría las centrales que hay en España al menos unos cuantos años más hasta que la investigación vaya avanzando. El ejemplo es lo que ha hecho Alemania. Allí se cerraron todas sus centrales y la consecuencia ha sido que ahora son los mayores consumidores de carbón de Europa, con la gran emisión de CO2 que supone, son los mayores emisores de Europa. Construir nuevas centrales es más complicado.  Depende de las necesidades de cada país. Inglaterra está construyendo, como Finlandia, Francia quiere hacerlo, Dinamarca debate sobre si hacerlo o no, pero yo soy un poco crítico en el sentido de que la generación actual de centrales nucleares, que se basan en uranio 235, tienen un tiempo de vida relativamente limitado. Hay uranio suficiente, pero es limitado. La forma en la que se está gastando el uranio no es la mejor, se quema poco uranio. Si quisiéramos utilizarla como fuente de energía habría que utilizar reactores de cuarta generación, más rápidos, pero también más complicados y no veo que se esté progresando. No lo tengo tan claro para los nuevos reactores, pero para los que ya están, se deben mantener.

¿Camina la humanidad hacia el colapso energético, incluso a medio plazo?
Tenemos un riesgo de colapso energético, pero soy optimista. Mirando la historia, la humanidad ha encontrado siempre soluciones tecnológicas que le han permitido solucionar los grandes retos. Recuerdo las famosas predicciones sobre alimentación y hambruna mundial que hacia Malthus en el siglo XIX eran catastróficas. No había capacidad para generar el alimento que necesitábamos. Eso ha cambiado radicalmente, no porque Malthus se equivocase, sino porque la humanidad consiguió un desarrollo tecnológico que ha permitido pasar de sacar 50 kilos por hectárea a conseguir 5.000. Será criticable o no, pero la eficiencia para producir comida ha variado de forma muy considerable en 200 años. En el tema energético pasará lo mismo, tiene que producirse una disrupción tecnológica, que se está realizando ya con la fotovoltaica y eólica, y el futuro de la fusión y otras fuentes energéticas nos permitirán conseguir energía suficiente y barata en el futuro. Si no es así el colapso energético es uno de los riesgos a medio y largo plazo.


DICHO QUEDA EN EL ÁGORA

  • Hay aspectos de la física que tienen mucha incidencia en la forma de pensar de la gente, influye en la humanidad y en el concepto de planeta.
  • Durante toda la historia de la humanidad lo que hemos intentado hacer es emular, e incluso mejorar, lo que encontramos en la naturaleza.
  • Para obtener energía Imitamos el mecanismo que utiliza la naturaleza para crear las estrellas y los planetas.
  • Desde un punto de vista histórico y de importancia para la Humanidad no sé qué es más importante, dominar la agricultura o la energía del sol.
  • Hace 12.000 años el hombre reprodujo el crecimiento de las plantas y creó la agricultura. Fue entonces un paso un tan grande como lo es hoy recrear lo que ocurre en el sol.
  • Siempre he creído que el desarrollo humano, el futuro de la humanidad, depende críticamente de disponer de energía especialmente barata.
  • Los desarrollos humanos más significativos han estado claramente relacionados con la disponibilidad de una nueva forma de energía o de una mejor forma de explotarla.
  • El futuro que nos espera depende de tener energía asequible.
  • La forma en la que estamos generando energía en la actualidad es claramente insostenible, no lo digo solo por el efecto en el clima, sino porque estamos utilizando recursos finitos.
  • Los métodos de producción tienen que cambiar radicalmente y, si queremos progresar, tenemos que producir mucha más energía que la que ahora generamos.
  • Dentro de cien o doscientos años tenemos que ser capaces de producir tres o cuatro veces más que ahora utilizando métodos radicalmente distintos a los de ahora.
  • Mi apuesta es que la fusión sea una de las energías del futuro, pero convertir la fusión en una fuente de energía significativa para la Humanidad llevará tiempo.
  • Uno de los mayores consumidores de electricidad del mundo es internet.
  • En el futuro tenemos que utilizar diferentes fuentes energéticas en paralelo y la energía de fusión será de las más importantes.
  • Lo que tenemos en el móvil ocupa sitio en muchos centros de datos distribuidos por ahí. Los centros de datos son unos consumidores de energía salvajes, de forma que la energía que estamos desperdiciando en guardar gilipolleces, con perdón, es bestial.
  • Tenemos un riesgo de colapso energético, pero soy optimista.
  • La Humanidad ha encontrado siempre soluciones tecnológicas que le han permitido solucionar los grandes retos.
  • El bienestar humano está correlacionado con la energía, por lo que tenemos que ser conscientes de lo que consumimos.
  • La fisión es romper los átomos y, al partirlos, se genera energía. La fusión es pegar los átomos, para obtener energía de la unión.
  • La gran diferencia que convierte a la fusión nuclear en energía del futuro es que mientras que la fisión aunque  produce energía, también genera contaminación y residuos muy peligros, la fusión, en cambio, produce energía limpia sin contaminación ni residuos.

Eduardo Martínez de Pisón

Catedrático emérito de geografía de la Universidad Autónoma de Madrid y escritor.


Juan Enrique Gómez.


Está convencido de que el hombre debe luchar por sus ideales y enderezar el camino que nos lleve hacia el mejor de los futuros. Eduardo Martínez de Pisón (Valladolid 1937) es un erudito del paisaje, del territorio y la naturaleza. Geógrafo, catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid, está considerado como el máximo exponente en investigación de la geografía física de la Tierra, una disciplina que enriquece con profundos estudios y comentarios humanísticos y científicos, literatura, arte, medio ambiente y conocimiento personal de los territorios sobre los que habla y escribe, porque Martínez de Pisón, Premio Nacional de Medio Ambiente, es también escritor con más de 500 publicaciones especializadas, entre artículos y libros. Comprometido con la búsqueda del equilibrio entre el hombre y el territorio, su último libro ‘Atlas Literario de la Tierra, paisajes de palabras’ (Forcola Ediciones 2023), muestra diversas formas de mirar el paisaje, de contar la naturaleza, a través de la obra de grandes literatos, como ya lo hizo con el mundo del arte en el libro ‘La montaña y el arte. Miradas desde la pintura, la música y la literatura’ (2017).

Martínez de Pisón afirma que la presencia del hombre en el territorio siempre implica modificaciones, pero es posible dirigir y controlar los comportamientos con el fin de no ser nocivos, en lo grande y en lo pequeño, con la naturaleza terrestre. Convencido de la necesidad de proteger los espacios naturales más sensibles, cree que hay que conducir la acción del hombre de modo que no resulte dañina para el medio ambiente, lo que tiene un claro significado moral.

La montaña es vida para este geógrafo conocedor de los grandes paisajes del mundo, desde la Antártida a las montañas de la península Ibérica, fue presidente del Comité Científico español para la Investigación en la Antártida. Apasionado de los desiertos, ríos, mares y, sobre todo, de las altas cumbres y sus paisajes glaciares. Al caminar por senderos y hacer cumbre, siente una sensación de recompensa moral y de “haber sido aceptado por lo magnífico”. En su sencillez, siente envidia de las pequeñas flores que crecen en las grietas de la cumbre. Martínez de Pisón nos muestra su especial forma de mirar la naturaleza y la humanidad.

De sus libros y conferencias se desprende una idea que cambia nuestra concepción de lo que nos rodea ¿El paisaje tiene alma?
Eso pensaban Unamuno y Machado. Y también que el alma tiene paisaje. Es una correspondencia profunda que nos enseñó la Generación del 98. Que también nos enseñó a mirar alrededor, a ver las cosas y en las cosas. Yo lo aprendí de aquellos escritores y lo pasé a la mirada geográfica para que ésta llegara a más honduras que las de la sola percepción de la fisonomía y la forma de los lugares. Estas son las apariencias y tiene un carácter básico, pero en ellas no se agota el paisaje. Sin embargo, el alma de los paisajes no es perceptible si no pones tu alma en ello.

Ha publicado ‘Atlas literario de la Tierra’ ¿Es posible descubrir el territorio y sus paisajes a través de las palabras, a las que considera espejo del paisaje?
Habría posibles bibliotecas enteras dedicadas sólo a descripciones, a símbolos, a emociones, a enseñanzas de paisajes. Las palabras de otros nos han enseñado a mirar y ver. A conocer la sustancia de un lugar o a refinar nuestra sensibilidad ante unos colores o significados de un sitio o a conocer con ciencia las estructuras que lo sostienen y arman o las fuerzas que lo rigen. Se ha creado así una geografía literaria paralela a la real, que la refleja o a veces la inventa, que en sí misma es un placer recorrer y que además nos eleva en nuestra capacidad de saborear el mundo. En literatura se puede hacer un atlas de páginas, de libros o de autores sobre los espacios geográficos de la Tierra, bien descriptivamente o bien de modo temático. Yo he elegido esta segunda opción a modo de ensayo y de manera selectiva, escogiendo mis libros, los que expresan con más intensidad, desde mi perspectiva, cómo puede ser una montaña, un desierto, un llano, un bosque, un río, un mar, un pueblo o una ciudad. Y el libro es eso, comprimido y también abierto a que el lector pase del estante de obras representativas que yo manejo, para no ser interminable, a una biblioteca mayor.

En esta obra hace referencia a un cuento de Clarín en el que el hombre es paisaje. ¿Cree que el entorno se comunica con el hombre?
Hay dos referencias a Clarín. Que era un magnífico escritor, como todo el mundo sabe. Pero no sólo del mundo urbano, sino también del rural. De una sensibilidad extraordinaria y de una prosa espléndida. Pero, además, tiene un cuento con explícito sentido del humor (creo que muy asturiano) en el que habla del fin del mundo como consecuencia de una torpeza colectiva y del éxito inexplicable y rapidísimo de ciertos maximalismos. Cuando ese fin se cumple, no se acaba el mundo, sino la humanidad. Y, al disiparse su último vestigio, se acabaría igualmente el paisaje, pienso yo, pues éste es una revelación cultural. Es una visión elevada del territorio propia de la cultura. Se extinguen así con los seres humanos, con sus civilizaciones, las conciencias del paisaje.

¿Hasta qué punto el paisaje, las singularidades de un territorio, han condicionado la evolución y actuaciones humanas a lo largo de la historia?
El paisaje, como escribía Ortega y Gasset, es historia. Es una construcción cultural y, por ello, histórica. Por un lado, lo ha fabricado con amplitud la implantación humana en el terreno. Hay paisajes antrópicos e incluso culturales. Además, es una interpretación de los lugares, por las costumbres, por el arte, por la ciencia, por las experiencias, por las emociones, por los sentimientos. Tiene una parte objetiva, que da su fisonomía, y otra subjetiva, que procede de la cultura social y de las vivencias particulares. Así que la imagen del paisaje es una aportación y un modelo que nos hace ver el territorio como tal paisaje. Con ingredientes especiales. Y el conjunto, lo objetivo y lo subjetivo, forma un todo, y retorna a la vida, a las gentes, al paso de la historia; no obliga, pero sí influye como recurso físico y hasta espiritual en quienes lo habitan o recorren. Ahora bien, de ahí a pasar a un determinismo de la naturaleza o del clima en la historia hay un abismo. No me tiraría por él.

¿La antropización del territorio puede ser su destrucción o es posible el equilibrio?
Podría ser, si los excesos de técnica nociva, de insalubridad, de belicosidad, de contaminación, etc. fueran por caminos imparables. Estamos en una Tierra que puede volverse Marte; nuestro planeta es un milagro en el Cosmos inmediato, en el sistema solar; está girando entre desiertos, un astro ardiente y climas o vacíos letales. Aquí hay aire, agua, fertilidad, vida, cultura. Y paisajes llenos de belleza y hasta de dulzura. Pero, igualmente, tenemos la deseable sensatez, espero, que nos impedirá llegar a tal catástrofe. Por eso debe cuidarse el territorio, en lo que dependa de nosotros. Está claro que no podemos hacer nada, de momento sobre las fuerzas y dinámicas astronómicas, de las que también dependemos, pero sí podemos dirigir y controlar nuestros comportamientos con el fin de no ser nocivos, en lo grande y en lo pequeño, con la naturaleza terrestre. El paisaje, como bien y patrimonio físico y cultural, tiene también sus exigencias para sobrevivir a la destrucción derivada del pragmatismo de corto alcance, a la indiferencia social y a conductas torpes. Pero, sabremos salvarnos. A veces con luchas ingratas, pero lo haremos. Y, en principio, es una mirada cultural, es decir, civilizada, muy humana, lo que nos permite a acceder a la idea de paisaje.

La Tierra es un milagro en el Cosmos inmediato, gira entre desiertos, un astro ardiente, y vacíos letales. Aquí hay aire, agua, fertilidad, vida y cultura. Y paisajes llenos de belleza y hasta de dulzura.

¿Los valores de una sociedad se aprecian en nuestro entorno natural?
Esos valores han cambiado con la historia y no son los mismos en todas partes. Hay ciertos países donde no cuentan. O ciertos momentos históricos donde importan más o menos o se expresan de distintos modos. Y siempre tienen su incidencia en la naturaleza. Claro está que no se pueden comparar los impactos en ella de un poblado neolítico y de un centro urbano actual, ni tampoco su pensamiento. Otra vez la historia cuenta cómo se encauzan o desbordan los hechos humanos, sus modelos y sus valores. Pero nuestra implantación en los territorios lleva consigo modificaciones en ellos, siempre. Y nuestros modelos culturales plantean imágenes y valores que pueden calar más o menos en la sociedad, ser minoritarios o generalizados, que aprecien o no y repercutan en el tratamiento que damos a la naturaleza. Hoy, en Occidente, han crecido los valores dados al entorno natural y se observa en rasgos de esa conducta, no siempre fácil de llevar a la práctica, pues nuestro mundo económico es duro, implacable y ciego para estas cuestiones. Al mismo tiempo, la capacidad técnica alcanzada en la transformación del territorio, las demandas mayores de una creciente población, la pérdida de los confines, la implantación de nuevos sistemas, entre otras muchas cosas, ponen en jaque continuamente a esos valores, que sólo puede controlar una política cultural fuerte, también aplicada a la geografía.

¿Sería necesario volver a los ecosistemas y sus beneficios, regresar al mundo rural?
Se definían los espacios geográficos como naturales, rurales y urbanos, en mutuas correspondencias, diferencias e intercambios. Ese sistema es correcto o incorrecto en razón de sus mutuas funciones, equilibradas o desequilibradas. Y de su reparto territorial sin inundar los unos a los otros. Ahora desborda el espacio urbano-industrial sobre los demás, en protagonismo, en acción, en contagio, en extensión y en modelo extensivo no sólo de producción, de estructura o de fisonomía, sino de estilo territorial y ello afecta al hábitat rural, a la economía agraria, a las comunicaciones, e invade en nuestro entorno lo que ha venido siendo el espacio rur-natural y lo que quede del aún naturalizado. Lo que hay que hacer es no romper el equilibrio tripartito. Como principio, en general, y aplicarlo en cada palmo de terreno. El mundo rural español fue una forma de civilización, El que conocí de niño y adolescente. Con acusada personalidad, pese a sus penurias. No sólo se transforman los territorios. Eso también se pierde: civilización.

Lo que hay que hacer es no romper el equilibrio entre los tres espacios geográficos: naturales, rurales y urbanos, como principio fundamental, y aplicarlo en cada palmo de terreno.

Se dice que hay múltiples futuros y que está en nuestra mano elegir el camino adecuado, ¿Acertar en la elección pasa irremediablemente por una mayor comunión con la naturaleza?
Está y no está en nuestras manos. Pero sí lo está el luchar por los ideales. El enderezar el camino. Y ahora, en nuestro espacio natural (o, mejor, de dominantes naturales) inmediato, todo lo que no está protegido está amenazado. Conservarlo es una decisión nuestra, de los particulares, de la sociedad y, cosa evidente, de las autoridades. Es una resolución que debemos tomar y, si podemos, si nos dejan, ejecutarla. No me fío de cierta política, donde no se esperan votos de los ruiseñores, sino de un público que con frecuencia sólo mira a su rápido provecho material, no importa cómo, y con el cual tiene tratos prácticos de conveniencia. Entonces, es la sociedad cívica quien tiene que usar la democracia para evitar esos daños o para conseguir que aún sea posible en el futuro esa deseable “comunión con la naturaleza”. Para ello, debe seguir habiendo naturaleza. Y eso es una opción claramente territorial y paisajística.

Todo lo que no está protegido está amenazado. Conservarlo es una decisión nuestra, de los particulares, de la sociedad y, cosa evidente, de las autoridades. Es una resolución que debemos tomar y, si podemos, si nos dejan, ejecutarla.

Desde hace un tiempo la expresión cambio climático se sustituye por cambio global para incluir el efecto del hombre sobre el clima ¿Deberíamos ser más conscientes de nuestros actos y el papel que jugamos en el cuidado del planeta?
Es nuestra única opción. Los efectos de nuestra acción en la atmósfera, en las aguas y en la tierra sí la podemos controlar y encauzar. Y, en la medida en que somos responsables de ello, tiene un claro significado moral, no sólo práctico, el conducir nuestra actividad de modo que no resulte dañina para el medio ambiente. Se confabulan muchos intereses en contra de determinadas regulaciones, pero también se avanza en su modificación progresiva. No hay más remedio. Que se distribuyan imágenes de los demás planetas de nuestro entorno celeste y que se vea en ellas cómo puede ser tu casa si no tienes más cuidado en mantenerla viva.

Que se distribuyan imágenes de los demás planetas de nuestro entorno celeste y que se vea en ellas cómo puede ser tu casa si no tienes más cuidado en mantenerla viva.

¿La sexta extinción tendrá al hombre como protagonista?
No lo sé. Ojalá no sea así. No tengo datos seguros actuales y no poseo prospecciones futuras. Pero las tendencias sí que son visibles a cualquiera. Hay que proteger y conservar, depende de nosotros. Si no lo hacemos, el progresivo deterioro, dejado solo a sus fuerzas, puede llegar a límites fatales. Por ello es necesario corregirlo y detenerlo.

Para usted la montaña es parte fundamental de su vida y sus experiencias, ¿Coincide con Juan de la Cruz o Dante en el componente místico de las montañas? 
Es una experiencia mística, muy espiritual, sublime, narrada en versos magníficos que nos conducen a estados del alma simbólicos y plenos, que nos enseñan a hacer sublimes a cualquier lector, si queremos, claro está, las vivencias habituales de la ascensión. Esos poemas son un símbolo de cualquier escalada a una montaña y, a la inversa, cualquier escalada podría ser una experiencia que reviva ese lado profundo revelado por la literatura. No siempre es fácil en la práctica montañera estar tan alto o tan hondo como lo que nos cuentan los grandes poetas, como es lógico, pero esa es nuestra cultura y en los ecos de sus logros mayores entendemos, incluso sin pretenderlo, nuestros actos. En el caso de las montañas, ¿no hablan al espíritu sus silencios?

En el caso de las montañas, ¿no hablan al espíritu sus silencios?

Los ecosistemas frágiles y extremos como los de las altas cumbres muestran ya signos de colapso, de cambio de ciclo, nos advierten de lo que puede pasar ¿Por qué no les hacemos caso?
Por primar el interés material, de modo abusivo, sin contemplaciones respecto a sus consecuencias. Y “después de mí, el Diluvio”, tomando para este caso la vieja frase atribuida a un rey sin escrúpulos. Hoy casi se nos ha ido en las cumbres pirenaicas el paisaje glaciar de antaño, que cantaron los pirineístas del siglo XIX y que yo he recorrido y gozado y estudiado con pasión. La Sierra de Guadarrama no ha tenido apenas nieve en lo que va del año y los políticos arcaizantes persisten en mantener las estaciones de esquí al lado de un parque nacional, con toda su chatarra dañando el lugar, por mero entendimiento de la montaña como lugar de explotación industrial. No hay reacción inteligente, al menos inteligente, ya que no amante de la devolución a la naturaleza lo que es de ella. Y, aguas abajo, esa división pragmática del territorio sólo entre productivo e improductivo se extiende a todos los pagos. ¿Quién puede cambiar culturalmente esta percepción? Todo está acelerado, todos los modelos tienden al consumo, al aprovechamiento de cada brizna. Pero la verdadera percepción cultural del mundo depende de todo lo contrario, del aprendizaje de la quietud.

¿Cambiar el mundo depende de nosotros?
Tanto como el mundo, no. Somos menos poderosos. Pero sí, en la parte que nos corresponde y hasta donde podamos, si es conveniente, de nuestro mundo humano y, como consecuencia, de nuestras acciones en el resto. En eso estamos. En cambiar cierto mundo, empujando un poco. Si la pregunta va por mí, diré que lo intenté con humildad siendo profesor. Lo sigo haciendo, con mayor modestia, escribiendo. Por mí, que no quede, solía decir Julián Marías. Que esta máxima se extienda. Tampoco somos muy optimistas.

Le apasiona subir a las altas cumbres y dejarse llevar por el paisaje y sus mensajes ¿Qué siente cuando ya no hay tierra entre usted y el cielo?
Plenitud, sensación de recompensa moral. Y de estar aceptado por lo magnífico. De pertenecer al paisaje, de poder gozar de la fuerza y de la belleza del mundo. “Envidio a la hierba que ha crecido en la fisura de una roca de la cumbre y ha hecho de esa piedra su casa y de ese cielo su techo.”

Envidio a la hierba que ha crecido en la fisura de una roca de la cumbre y ha hecho de esa piedra su casa y de ese cielo su techo.


DICHO QUEDA EN EL ÁGORA

La Tierra

  • Estamos en una Tierra que puede volverse Marte.
  • Nuestro planeta es un milagro en el Cosmos inmediato, en el sistema solar; está girando entre desiertos, un astro ardiente y climas o vacíos letales. Aquí hay aire, agua, fertilidad, vida, cultura.
  • El alma de los paisajes no es perceptible si no pones tu alma en ello
  • Si hablamos de misticismo de las montañas, ¿no hablan al espíritu sus silencios?
  • En la cumbre de una montaña siento plenitud, sensación de recompensa moral. Y de estar aceptado por lo magnífico.
  • Envidio a la hierba que ha crecido en la fisura de una roca de la cumbre y ha hecho de esa piedra su casa y de ese cielo su techo.

Humanidad y su influencia en el planeta

  • Nuestra implantación en los territorios lleva consigo modificaciones en ellos, siempre.
  • Lo que hay que hacer es no romper el equilibrio  entre los tres  espacios geográficos: naturales, rurales y urbanos como principio fundamental y aplicarlo en cada palmo de terreno
  • El mundo rural español fue una forma de civilización.
  • Todo lo que no está protegido está amenazado. Conservarlo es una decisión nuestra, de los particulares, de la sociedad y, cosa evidente, de las autoridades. Es una resolución que debemos tomar y, si podemos, si nos dejan, ejecutarla.
  • No me fío de cierta política, donde no se esperan votos de los ruiseñores, sino de un público que con frecuencia sólo mira a su rápido provecho material
  • Es la sociedad cívica quien tiene que usar la democracia para evitar esos daños o para conseguir que aún sea posible en el futuro esa deseable “comunión con la naturaleza”.
  • Elegir el futuro adecuado está y no está en nuestras manos, pero sí lo está luchar por nuestros ideales y enderezar el camino para que en el futuro pueda haber esa deseable comunión con la naturaleza.
  • Ser más conscientes de nuestros actos es nuestra única opción. Los efectos de nuestra acción en la atmósfera, en las aguas y en la tierra sí la podemos controlar y encauzar.
  • Hay que proteger y conservar, depende de nosotros. Si no lo hacemos, el progresivo deterioro, dejado solo a sus fuerzas, puede llegar a límites fatales. Por ello es necesario corregirlo y detenerlo
  • Podemos cambiar el mundo en la parte que nos corresponde y hasta donde podamos.
  • El paisaje, como bien y patrimonio físico y cultural, tiene también sus exigencias para sobrevivir a la destrucción derivada del pragmatismo de corto alcance, a la indiferencia social y a conductas torpes. Pero sabremos salvarnos. A veces con luchas ingratas, pero lo haremos
  • Podemos dirigir y controlar nuestros comportamientos con el fin de no ser nocivos, en lo grande y en lo pequeño, con la naturaleza terrestre
  • Los valores de la sociedad han cambiado con la historia y no son los mismos en todas partes… siempre tienen su incidencia en la naturaleza

Ignacio Morgado

Catedrático emérito de Psicobiología en el  Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona, escritor e investigador.


Juan Enrique Gómez.


Es taxativo al afirmar que los pensamientos, las emociones y la inteligencia son algo que resulta del funcionamiento del cerebro, todo lo que se quiera decir al margen no es más que literatura romántica. Es la forma con la que Ignacio Morgado Bernal (San Vicente de Alcántara 1951) catedrático del Instituto de Neurociencia de la UAB, escritor e investigador, muestra que hablar del cerebro, es reflexionar sobre la comunión continuada entre sentimientos y razón. Este profesor de Psicología Fisiológica en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, afirma que los pensamientos cambian sentimientos y razonamientos, e incluso llegan a modificar conexiones cerebrales.

Ignacio Morgado es un apasionado del estudio del comportamiento, autor de libros como ‘Emociones corrosivas’, en el que indica que es tan difícil erradicarlas que hay que acudir al fomento de un tipo de educación temprana que condene y eluda emociones corrosivas como el odio. Para él es fácil definir lo que es la mente humana: un conjunto de procesos cerebrales que se influyen mutuamente, aunque esa aparente simplicidad implica todo un universo por descubrir en el que, incluso en situaciones de inconsciencia, la mente sigue funcionando. Habla de autoconsciencia como lo que nos hace pensar que pensamos e indagar lo que indagamos.

Morgado afirma que hay importantes diferencias entre el cerebro masculino y femenino, tanto por anatomía, fisiología y conducta. Somos diferentes por genética, hormonas y educación. Y es que cada cerebro es único. Para él, la psicología existe para estudiar cada cerebro y afirma que si todos fueran iguales ‘bastaría con la biología’.

Hablar con Ignacio Morgado nos permite entrar en un universo en el que la ciencia traza nexos de unión con las percepciones y los sentimientos, pero siempre con la solvencia de la razón.

¿Dónde residen nuestros pensamientos, la inteligencia, las emociones?
En ningún sitio, porque no son cosas, productos que podemos situar en algún lugar, son procesos cerebrales. Del mismo modo que es absurdo decir que el movimiento está en la rueda, es absurdo situar en algún lugar los procesos mentales. El movimiento es la rueda en acción, no algo que la rueda hace y va dejando caer por el camino. Los pensamientos, la inteligencia y las emociones no son un producto del cerebro, son algo que hace el cerebro cuando funciona.

Usted ha dicho que la autoconsciencia es la más sublime y poderosa capacidad de la mente humana, pero ¿realmente somos conscientes de nosotros mismos?
Claro que sí, somos conscientes de nuestra propia existencia, algo que perdemos cuando dormimos sin soñar o nos anestesian en un quirófano. El sueño y la anestesia nos hacen perder la consciencia, incluida la de nosotros mismos, pero no la mente, que sigue funcionando en el modo inconsciente.

¿Existe la autoconsciencia en otras especies del reino animal?
No lo sabemos, lo más probable es que exista algún grado de la misma, pero no una autoconsciencia plena como la nuestra, que nos hace pensar que pensamos e indagar en nuestros propios pensamientos.

Pensamientos, inteligencia y emociones no están en un lugar del cerebro;
son procesos cerebrales.

¿No basta con ser inteligente, hay que ser sabio…?
Sí, hay un tipo de inteligencia que se basa en la sabiduría, en la experiencia y en el control de las propias emociones, algo que muchas personas con inteligencia analítica no tienen.

¿Es posible una comunión entre los sentimientos y la razón?
No solo es posible, es la forma de funcionamiento de un cerebro sano, normal. Emociones y razonamientos están continuamente influyéndose de manera recíproca, interactiva.

¿Y la razón puede modelar los sentimientos?
Lo hace continuamente, por ejemplo, cuando te das cuenta de que el que pierda tu equipo apenas afecta a lo importante de tu vida, o cuando te das cuenta de que tus errores te permiten mejorar.

Durante la pandemia del Covid muchas personas supieron, por primera vez, qué es el miedo…
No creo que fuera la primera vez, aunque fuera una vez diferente a otras. El miedo está en nuestras vidas desde la temprana infancia.

¿El pensamiento modela el cerebro? ¿Condiciona su funcionamiento y posibilidades?
El pensamiento cambia razonamientos y emociones. Lo hace modificando también las conexiones neuronales y su modo de funcionar.

¿Qué es la mente humana, es posible explicarlo?
Claro que sí. La mente es un conjunto de procesos cerebrales que funcionan acopladamente, es decir, influyéndose mutuamente: al recordar a un ser querido que falleció (memoria) nos emocionamos (sentimiento).

Sentimientos como el optimismo, la alegría, el miedo, la soledad, la espera… ¿pueden alterar nuestro sistema fisiológico?
Todos los sentimientos afectan al funcionamiento del cerebro, para bien o para mal. El cerebro funciona renovándose continuamente a sí mismo y es él, el cerebro, el causante de todos nuestros sentimientos. Sin cerebro no hay sentimientos.

¿Recomienda usar la razón para gestionar nuestros sentimientos?
¿Acaso hay otra forma de hacerlo?

Emociones y razonamientos están continuamente influyéndose de manera recíproca, interactiva.

Usted ha escrito de conceptos y percepciones, como que el azúcar es dulce porque así lo percibimos, no porque lo sea en su realidad literal… y así con todo lo que nos rodea. ¿Quiere decir que todo depende de la percepción singular que tenga nuestra mente?
Sí, así es, el cerebro, las neuronas, crean sensaciones y percepciones conscientes muy variadas, lo que ocurre es que todavía no sabemos cómo el cerebro lo hace posible.

¿Hay diferencias entre el cerebro masculino y el femenino, o todo depende de percepciones y sentimientos, individualidades…?
Sí, las hay, en anatomía, fisiología y conducta. Somos diferentes por genética, hormonas y educación.

¿El cerebro de cada persona es diferente?
Por supuesto, por eso existe la psicología, para estudiar cada cerebro particular. Si todos los cerebros fueran iguales bastaría con la biología, conocido un cerebro, conocidos todos.

Si cada cerebro es único ¿Qué ocurriría en la clonación humana?
Posiblemente funcionaría de modo muy parecido a la gestación natural, la fecundación de un óvulo femenino por un espermatozoide masculino, pero con otro tipo de controles en todo el proceso gestatorio. Su resultado está por ver.

La razón modela los sentimientos; el pensamiento cambia razonamientos y emociones.

¿Qué opina de la dualidad cerebro-corazón… nuestros sentimientos tienen su origen en el cerebro, pero cuando hablamos, mencionamos al corazón?
Eso no es ciencia, es solo literatura romántica.

¿Se puede decir, metafóricamente, que el cerebro tiene corazón?
Quien lo diga, que lo explique, a ver si lo entendemos.

¿Qué es la inteligencia?
La capacidad de procesamiento de información mental, cognitiva.

¿Cree posible emular la función del cerebro para llegar a una inteligencia artificial real?
Hoy por hoy es imposible.

¿Es cierto que la evolución y el uso de la tecnología, las mayores facilidades para sobrevivir, han reducido el tamaño de nuestro cerebro… lo han hecho menos capaz y nos volvemos más inútiles?
Sí, como la electrónica, los aparatos de hoy son más pequeños, pero más eficientes.

¿Eso reduce nuestras posibilidades de supervivencia como especie?
No, la calidad no está siempre en la cantidad.

Sin cerebro no hay sentimientos.

Uno de sus libros es ‘Emociones corrosivas’ ¿Es posible erradicar o ‘curar’ sentimientos como el odio, que tanto condiciona el futuro de la humanidad?
Es muy difícil erradicarlos cuando nuestro cerebro los crea. Lo mejor es fomentar un tipo de educación temprana que condene y eluda esos sentimientos.

¿Es verdad que hay tantas inteligencias como capacidades mentales, que la inteligencia no es única?
Absolutamente cierto.

Sabemos que nadie nace con ideas. Se forman por la percepción y el conocimiento del entorno, pero ¿Hasta qué punto el mensaje externo condiciona la evolución de la persona… no influye la herencia genética, por ejemplo?
Herencia y educación se combinan desde la temprana infancia para generar lo que cada persona acaba siendo.

¿Cómo afecta el uso excesivo de las redes sociales y la ‘realidad publicada’ en el comportamiento y el desarrollo del cerebro, sobre todo en los jóvenes… Cree que son una espoleta de odios, envidias, o también esperanzas y futuro?
En las redes hay de todo, bueno y malo. La educación temprana debe tratar de ayudarnos a diferenciarlo.

¿Cree que es posible modelar el futuro?
Lo estamos haciendo continuamente.

Trabaja en investigación sobre la memoria. ¿Es posible recuperar la memoria?
Sí no se ha perdido del todo, sí. Si las conexiones neuronales que la sustentan desaparecen ya no es posible.

¿Sería la gran esperanza ante el olvido que supone el Alzheimer y la demencia?
No, ese no es el camino. Lo que hay que hacer es investigar hasta que sepamos como detener la neurodegeneración.

Lo más probable es que exista algún grado de consciencia de sí mismos en los animales.


Natalia López Moratalla.

Catedrática emérita de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Navarra. Presidenta de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica (AEBI). Investigadora y autora de multitud de libros.


Juan Enrique Gómez.


Está convencida de que todo lo que ocurre deja huella en el cerebro y enriquece su potencialidad. Natalia López Moratalla (Granada 1946) es catedrática emérita de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Navarra, una investigadora incansable de la verdad y el conocimiento científico, que le llevaron a vivir los inicios de una disciplina que considera apasionante y en la que se puede llegar a comprender los orígenes del hombre y la humanidad. Ha dedicado su trabajo a profundizar en temas tan fundamentales como el cerebro humano y su funcionalidad. Cuando Federico Mayor Zaragoza, en el mítico año de 1968, le recomendó para que viajase de Granada a Navarra para hacer su tesis, se le abrieron las puertas del universo de la ciencia con mayúsculas, donde conjugó los caminos de la investigación y la administración universitaria – llegó a ser vicerrectora en la UNAV—, además de profesora de química en la Complutense, y de Bioquímica en la Universidad de Valencia y la de Barcelona.

Pero han sido sus estudios sobre el cerebro lo que han convertido a Natalia López Moratalla, en un referente internacional de primer orden. Sus libros marcan un antes y un después en determinados conceptos, como que el cerebro tiene género y ‘corazón’, que es el que procesa los sentimientos y las emociones. Cree que la ética es consustancial a la verdad y que el comportamiento ético ha de estar unido a la investigación científica. Natalia López es presidenta de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica (AEBI) desde 2007 y vocal del Comité de Bioética de España. Afirma que si una investigación no respeta la dignidad humana, o provoca maltrato animal, no es ética. Posee fuertes convicciones religiosas y defiende que es factible unir la fe y la ciencia, una simbiosis que le ha permitido plantearse hipótesis científicas para entender la realidad. Defensora de la vida, siente dolor ante leyes que la condicionan y limitan.

Gran parte de sus investigaciones han sido sobre el cerebro humano. ¿Es verdad que solo utilizamos y conocemos una mínima parte de su potencial?

No exactamente. Lo que sí ocurre es que el cerebro es ilimitado, infinito, en el sentido que puede establecer un enorme número de conexiones entre neuronas. Pero las conexiones las creamos cada uno con la vida, las emociones, los sentimientos, las vivencias y decisiones, etc. Todo deja huella en el cerebro y enriquece su potencialidad, como también destruye conexiones neuronales la adición, las experiencias traumáticas… No hay dos cerebros iguales, como no hay dos personas idénticas.

Claro, debería ser así, pero únicamente sí todos —sin excepción— tuviésemos un verdadero interés por conocer los orígenes, los fósiles, la prehistoria, cómo y de dónde hemos surgido, qué especies son nuestras hermanas… Si todo el mundo tuviese ese interés y conociese nuestros orígenes, nuestra evolución, la especie llevaría un camino completamente distinto al que hemos seguido hasta este momento y cambiaríamos radicalmente nuestro futuro para tener opciones para seguir siendo una especie más de la biosfera. De no ser así veo el futuro bastante complicado.

Usted afirma, y así lo ha publicado en uno de sus libros, que hay diferencias entre el cerebro masculino y femenino. ¿Cuáles son las más significativas?

Sí. El cerebro se desarrolla desde su inicio al compás de las hormonas sexuales femeninas o masculinas. La huella digital de las conexiones es ya diferente desde la infancia y con la explosión hormonal de la pubertad y a lo largo de la adolescencia se va configurando de una u otra forma. De hecho, el trazado general de las conexiones se realiza en el cerebro del varón en cada hemisferio, mientras en el de las mujeres el trazado general va de un hemisferio a otro. Además, hay diferencias en el modo en que se procesan las emociones y los estímulos sexuales.

Estas diferencias originan una psique masculina o femenina, con sus propias características. Sin embargo, todas las capacidades son humanas y es tarea de cada uno alcanzar el mayor grado y el equilibrio entre ellas. Lo que supone que unos tendrán más facilidad o más dificultad para desarrollarlas que otros y a la inversa.

Esas diferencias son una forma de hablar de una realidad, no una simple metáfora.

¿El género condiciona el cerebro, o viceversa?

El cerebro, como acabo de afirmar, tiene sexo. Y el sexo determina el género. Cuando hablamos de cambio de sexo, o de orientación sexual, debemos tener en cuenta lo siguiente. El cerebro Trans tiene un perfil genético que determina unas conexiones entre neuronas que distorsionan la red de conexiones que procesa la percepción del propio cuerpo. De hecho, las personas realmente de condición transexual sienten repugnancia a las partes sexuadas de su cuerpo, lo que se denomina disforia de género. En las personas con orientación homosexual no hay una determinación genética, pero si una predisposición. Lo importante es que el denominado tratamiento de reasignación de género en el primer caso, y la practica homosexual en el segundo, modifican el cerebro.

El cerebro tiene sexo. Y el sexo determina el género.

Y los adolescentes ¿Es cierto que el cerebro cambia por completo en esta etapa de la vida… y se puede condicionar?

En la etapa adolescente el cerebro queda inundado de hormonas sexuales imprescindibles para que se estructure y se desarrolle; ocurre un auténtico baño hormonal. De forma que se produce una onda de maduración que parte de la nuca y va avanzando hasta la frente en el final de esta etapa. Es importante tenerlo en cuenta para comprender que, de forma natural, el cerebro adolescente es inestable: falta el control de las emociones, sentimiento y estímulos sexuales que procede del lóbulo frontal. Cabeza y corazón no van a la par.

Se explica así el comportamiento, poco racional, de muchos adolescentes y que deja su huella en el cerebro. Las conductas de riesgo, la conducción temeraria, los botellones, etc. son frecuentes en muchos de ellos y les condiciona. La adolescencia es, como se ha señalado, una etapa de la vida en que necesitan que los padres y los educadores les presten su lóbulo frontal. El permisivismo tan extendido en la sociedad y cultura actual tiene consecuencias graves.

Hay una idea suya que me ha llamado especialmente la atención: “La evolución del hombre crecerá en humanidad en la medida en que se afiancen los vínculos familiares, que permanecen imborrables en el corazón del cerebro”…

Efectivamente. El cerebro tiene corazón: el llamado sistema límbico situado entre la corteza —que procesa las razones— y el tronco que procesa lo visceral. El corazón del cerebro procesa las emociones, los sentimientos, los afectos. El cerebro mide distancias; por ejemplo, para las distancias físicas y orientarse en el espacio, construye un mapa mental cartográfico. De igual manera para las distancias afectivas entre las personas construye el mapa mental de los afectos. De hecho, hablamos de que tal persona nos es distante o nos es cercana, de que una persona está por encima o por debajo según la jerarquía profesional, laboral, etc. El mapa mental de los afectos es una esfera. En el centro estamos nosotros y colocamos a las diversas personas en los cuatro cuadrantes de la esfera según, por ejemplo, el eje vertical de jerarquía y el horizontal de afiliación. El centro del corazón del cerebro se enciende con los amores que tienden a distancia cero, como son los amores familiares. Entonces se acortan distancias con las demás personas y caben muchas más en nuestro corazón. La vida afectiva es rica y plenamente humana. Por el contrario, cuando se carece de los fuertes vínculos de los amores familiares, de filiación, de paternidad, de fraternidad…, la vida afectiva se empobrece, es fría. Se padece entonces la más dura soledad.

Los vínculos familiares, imborrablemente grabados, son imprescindibles para humanizar a las personas. La familia importa y mucho.

Se dice que el Homo sapiens prevalece sobre otras especies de Homo gracias al tamaño y uso del cerebro ¿Es la clave de la inteligencia?

Vayamos por partes. El término “especie” es un concepto biológico que marca los límites de unas especies con otras: es el conjunto de individuos que pueden reproducir entre sí. Sin embargo, los paleontólogos usan el término “especie” para indicar restos fósiles localizado en una zona concreta y de un tiempo concreto. Y en este sentido hablan de diferentes especies de Homo, mientras se refieren a poblaciones humanas que vivieron en una etapa de la Humanidad.

Aclarado que no hay más que una especie en el género Homo, que tan humano es el Homo Habilis como el del Homo Erectus o el Neandertal o los Davisionanos o el Sapiens, pasamos a conocer el tamaño y especialmente la forma del cerebro humano a lo largo de los más de dos millones de años de la lenta marcha de la Humanidad.

El cerebro humano es la estructura más compleja y ordenada de la Naturaleza. Es tan grande como el del elefante, a pesar de la diferencia de tamaño corporal. ¿Cómo era el cerebro de los hombres primitivos, o de los neandertales? Lo sabemos por la forma de los cráneos fósiles: de un tamaño ligeramente menor pero sobre todo con una forma, una estructura diferente. Hasta el Sapiens no está la frente vertical, en vez de echada hacia atrás, y los parietales superiores elevados. Así, además de poderse expandir dentro de los límites de un cráneo mayor y de una forma armónica, permite una estructura de conexiones que no podía establecerse antes: las conexiones que forman la importante red neuronal fronto-parietal, clave para el funcionamiento pleno del cerebro.

Siendo humanos todos los Homo, los más primitivos no podían alcanzar en plenitud todas las capacidades genuinamente humanas.

Por último, la inteligencia humana necesita un buen cerebro, pero lo necesario no es igual que lo suficiente. El cerebro de cada uno permite la manifestación de la inteligencia propia, pero es manifestación de la psique humana no solo inmaterial como la de cualquier animal, sino espiritual, libre. Los seres humanos somos necesariamente libres: no estamos determinados, sino liberados del encierro en los automatismos de los animales. Por eso y no solo por un buen cerebro, somos inteligentes.

¿Cree que la Inteligencia artificial puede llegar a emular, con éxito, al cerebro?

La Inteligencia artificial es una potentísima máquina capaz de procesar millones de datos en un tiempo récord; en este sentido le gana la partida a nuestro cerebro, nunca puede por serlo alcanzar a procesar millones de datos simultáneamente. La usamos en muchos procesos. Se le pueden incorporar “emociones”, condicionarles un tipo de conducta, etc., y emplearla para el bien o para el mal. Pero serán condicionamientos, automatismos. Lo que no podrá tener es autoconciencia, decidir libremente sino que ha de obedecer según el programa y de forma automática.

No somos inteligentes solo por tener cerebro sino por ser libres: la libertad nos hace inteligentes.

¿Llegará el hombre a manipular el cerebro a su antojo? ¿Sería ético?

Siempre ha habido “lavados de cerebro” y violencia física para arrancar de la mente información. Manipular a su antojo no. Estamos muy bien hechos y somos —como decía Ramón y Cajal— arquitectos de nuestro cerebro. Las manipulaciones lo estropean. Cuando dicen los transhumanistas que la ciencia permitirá que seamos más inteligentes, o más longevos —inmortales—, cuando dicen que la reedición genética está al caer, están hablando de un futurible de ciencia ficción. Estamos tan bien hechos que es muy difícil, para mí que imposible, superar el límite de la plenitud humana.

Para juzgar éticamente tiene que ser primero real. Lo que se plantean los propulsores transhumanistas desde la ética es que así aumentaríamos las desigualdades de los que son superinteligentes o superlongevos y los que no. Pero eso no es nuevo. Las diferencias existen ya y han existido desde siempre, y tratamos, de buena fe, que haya igualdad de oportunidades.

Hay una línea muy fina entre investigación y ética, ¿Cuál sería la frontera recomendada por la bioética?

La línea roja es muy fina pero bien delimitada. Una buena investigación aporta conocimientos verdaderos y el conocimiento es un bien. Lo “verdadero” es ya “bueno” y ético. Si una investigación, incluso para alcanzar un conocimiento certero, se lleva a cabo sin respetar la dignidad humana, o con maltrato animal, o con medios innecesarios y desproporcionados… ella misma, no es ética. Y por tanto es inmoral para el investigador. Además, todo conocimiento tiene aplicaciones que pueden se justas o injustas, inhumanas o al servicio de los demás y de la naturaleza. Pero la ética, antes que en las aplicaciones, está ya en la misma investigación.

¿Qué le dice su conocimiento del cerebro y de la sociedad, sobre el futuro del hombre… Podremos avanzar o nos encaminamos hacia la autodestrucción?

Cada uno ponemos nuestro granito de arena en la historia. Ciertamente, mirando las guerras, las drogas, la búsqueda de poder a cualquier precio, la desestructuración de la familia, etc. uno puede pensar y temer que estemos yendo hacia la autodestrucción de la Humanidad. Sin embargo, eso no es todo; hay interés por la conservación de la tierra como hogar común de todos los seres humanos, hay una valoración de las actividades de voluntariado como nunca, hay amor desinteresado en muchas personas y un largo etc. que nos permite ser optimistas en la bondad de cada ser humano.

Si observamos cómo está el mundo hoy, podría parecer que nos dirigimos hacia la autodestrucción de la Humanidad, pero también existe un amor desinteresado y un interés por conservar la Tierra como un hogar común para todos los seres humanos  que nos permite ser optimistas…

Se piensa que vivimos en un mundo donde los universos paralelos, los multiversos, se desarrollan al unísono ¿podría el cerebro conseguir una conexión entre ellos?

Bueno la conexión existe como pone de manifiesto que cada uno puede vivir, relacionarse con otros, jugar, etc. en alguno de los universos artificiales y en el mundo real. El problema está en la capacidad de los multiversos artificiales de captarnos de tal forma que vivamos alejados de la belleza, la armonía de lo real, de disfrutar de un paseo por un bosque o de subir una montaña… La cuestión está siempre en las decisiones que tomamos.

¿Adentrarse en el conocimiento profundo del cerebro es entrar en territorios reservados a Dios?

No. Somos humanos y Dios no se reserva nada. Nos ha regalado la capacidad de conocer la verdad sobre nosotros mismos. No es celoso de la inteligencia ni de la creatividad humanas.

Ha consagrado su labor investigadora e incluso personal a la búsqueda del origen de la vida. La pregunta es obvia, pero también imprescindible, ¿de dónde venimos? ¿Cómo se origina la vida tal y como la conocemos?

La vida en la Tierra se originó hace millones de años transformando, en unas condiciones únicas y en un medio con agua, los materiales inorgánicos en materia orgánica, siguiendo la leyes de la química. De ella se construyó el ADN y los primeros genomas de los prebiontes de los que derivan las formas más sencillas de seres vivos. Es difícil resumir todos los procesos en este espacio. Lo que es importante es que podemos decir “pudo ser así” pero no pasaremos a certezas absolutas de que fue así.

Para evolucionar necesitó que se fuera formando una atmosfera como la que existe. Significa, por tanto, que en otros componentes del Sistema Solar si hay o hubo agua podría darse formas sencillas de vivientes que nos confirmasen nuestra prehistoria. Sin embargo, el tamaño y la cercanía o lejanía del Sol hace imposible mantener una atmosfera, que permita la aparición de otros vivientes. No parece posible la existencia de unos vivientes como los animales.

Tiene fuertes convicciones religiosas, ¿Es posible consensuar el origen de la humanidad desde el punto de vista científico y mantener la creencia en el creacionismo implícito en las religiones

La fe cristiana no es creacionista como en otras religiones que suponen que la aparición de las especies no es continua desde unas a otras. La Creación es al modo evolucionista y como explica la ciencia no es resultado de un puro azar. El darwinismo sigue estando en el imaginario de la cultura occidental, precisamente porque el azar parece poder alejar la existencia de un Creador. La Selección Natural sería el motor de la evolución de todo lo que existe al elegir entre lo aparecido por mutaciones al azar, los individuos de una población más aptos para adaptarse a vivir en un entorno cambiante.

Sin embargo, en los procesos evolutivos —irreversibles y alejados del equilibrio— el componente azar se entrelaza con el componente determinación. Antes de adaptarse han de aparecer y para llegar a ser se requiere que se constituyan y se construya el organismo, como expresión del mensaje genético. El motor de la evolución es la viabilidad del mensaje genético contenido en el ADN y que cambia y es, por tanto, diferente y propio en los individuos de una especie de los de otra. Hay determinación.

En el origen de cada ser humano, como en los primeros padres, la fe nos indica que hay una intervención de Dios que concede el don de la libertad; don que le permite vivir en relación interpersonal y liberarse del encierro en los automatismos de los animales, como señalé antes. Es decir, el mensaje genético, o principio de vida de todo viviente está potenciado con la libertad de cada uno de los seres humanos. Hay en cada persona humana lo que denomino un plus de realidad. La libertad no procede de la materia humana, puesto que lo que hace es liberarnos de ese encierro en automatismos. Sin ese don no es explicable el psiquismo del ser humano.

¿Entonces, considera que es factible unir la fe y la ciencia?

No solo es factible sino que, al menos para mí, los mensajes de la fe me han ayudado a plantearme hipótesis, a echar las redes lejos y captar muchos datos que, elaborados con criterios científicos, me permiten entender la realidad y especialmente la realidad humana.

¿Y el alma, tiene una explicación biofísica, molecular… o es una apreciación únicamente metafísica o mística en la que la sociedad quiere creer para facilitar nuestra existencia como humanidad?

Tradicionalmente se ha hablado de ‘alma animal’ o ‘alma vegetal’ como principios de vida, a lo que hoy denominamos mensaje genético, inmaterial como todo mensaje. El alma humana es el mensaje genético de cada uno, originado en la fecundación de los gametos de los progenitores, que, como señalé antes, está elevado al nivel espiritual al fundirse intrínsecamente con el don recibido de la libertad. El nivel biológico está en cada uno intrínseca e inseparablemente fundido con el nivel del espíritu que nos permite vivir en relación con los demás y en relación con el universo. No hay dos vidas.

Recibió la medalla de oro de la Universidad de Navarra por su defensa de la vida… qué siente al ver que se crean leyes para liberalizar por completo la eutanasia o el aborto… ¿Tenemos derecho a intervenir en la viabilidad o el futuro de otros seres humanos… no va en contra de nuestra esencia como especie?

Defensa de la vida ‘desde la ciencia’, añadía esa distinción. Si, puedo decir con sinceridad que no he rehuido esfuerzo ni desde el pensamiento ni de la lucha por defenderla desde la concepción hasta su muerte natural, frente a la inhumanidad de leyes tan sumamente injustas. Siento dolor por el daño irremediable que hacen a todos.

¿Qué opina de la universidad actual, están los jóvenes bien formados o hay demasiada ideologización y falta de valores?

La universidad ha bajado intelectualmente. La educación de los jóvenes se ha dirigido más a las aplicaciones prácticas, a alcanzar aptitudes, que a enseñar a pensar y las universidades se han tenido que adaptar a ese cambio. No perder la esencia de “un ayuntamiento de maestros y discípulos”, de profesores investigadores, estudiosos de su materia y alumnos, lo conseguirán los buenos estudiantes. Aquellos que se hacen profundas preguntas y buscan respuesta en diálogo con los profesores que puedan orientarles. No está reñido pensar y conseguir aptitudes para el futuro trabajo profesional, al contrario.

Usted fue pionera de la Bioquímica y la Biología Molecular. No era fácil para una mujer encajar en el mundo de la ciencia

Pionera no, pero sí de la generación que formaron los pioneros de la Bioquímica y la Biología Molecular en España, tras formarse fuera; son ciencias muy jóvenes, yo he tenido oportunidad de conocer a los Premios Nobel que la descubrieron y por supuesto a todos los pioneros. Y he tenido la apasionante suerte de ver nacer la Biología Molecular y algunos de los procesos claves de la Bioquímica. Seguramente por la juventud de los pioneros, y su deseo de preparar a sus discípulos, no me ha sido difícil de encajar, siendo mujer, en el mundo de la ciencia. A las mujeres de mi generación nos ha costado un esfuerzo adicional al no estar tan presente la idea de poner medios para compatibilizar la maternidad y la atención a la familia con la dedicación a un trabajo profesional intenso.

¿Cuál sería su feminismo ideal?

El que no admite que se planteen cuotas para aupar a mujeres sin tener en cuanta si valen y están preparadas para el puesto; es un daño a las mujeres. El que plantea que el trabajo no es enemigo de la maternidad y que la maternidad (el cerebro maternal) es un bien sin precio para la sociedad. El que lucha por conseguir la complementariedad de los varones en el hogar y en la educación de los hijos mediante hacer compatible trabajo y la vida familiar de cada uno, para todos…

La maternidad (el cerebro maternal) es un bien sin precio para la sociedad.


DICHO QUEDA EN EL ÁGORA

EL CEREBRO Y LA CIENCIA

  • El cerebro humano es la estructura más compleja y ordenada de la Naturaleza.
  • Es factible unir la fe y la ciencia
  • En investigación lo verdadero es ya bueno y ético
  • Todo lo que ocurre deja huella en el cerebro y enriquece su potencialidad

EL CEREBRO TIENE SEXO

  • El cerebro tiene sexo. Y el sexo determina el género.
  • El cerebro se desarrolla desde su inicio al compás de las hormonas sexuales femeninas o masculinas.
  • La huella digital de las conexiones es ya diferente desde la infancia y con la explosión hormonal de la pubertad y a lo largo de la adolescencia se va configurando de una u otra forma.
  • Las diferencias entre el cerebro masculino y el femenino no son una forma de hablar para explicar las cosas; son una evidencia científica que demuestra la existencia de una psique masculina y otra femenina, con sus propias características.
  • El trazado general de las conexiones se realiza en el cerebro del varón en cada hemisferio, mientras en el de las mujeres el trazado general va de un hemisferio a otro.

EL CEREBRO TIENE CORAZÓN

  • El cerebro tiene un corazón que procesa las emociones, los sentimientos, los afectos.
  • El corazón del cerebro se enciende con los amores que tienden a distancia cero, como son los amores familiares. Entonces se acortan distancias con las demás personas y caben muchas más en nuestro corazón.
  • Los vínculos familiares, imborrablemente grabados, son imprescindibles para humanizar a las personas. La familia importa y mucho.

El CEREBRO Y LA LIBERTAD

  • No somos inteligentes solo por tener cerebro sino por ser libres: la libertad nos hace inteligentes
  • Los seres humanos somos necesariamente libres. Por eso y no sólo por un buen cerebro, somos inteligentes.
  • La libertad no procede de la materia humana, puesto que lo que hace es liberarnos de ese encierro en automatismos. Sin ese don no es explicable el psiquismo del ser humano.
  • La Inteligencia Artificial no podrá tener autoconciencia, decidir libremente sino que habrá de obedecer según el programa y de forma automática.

EL CEREBRO Y LA HUMANIDAD

  • El cerebro es ilimitado, infinito. Pero las conexiones que se materializan las creamos cada uno con la vida, las emociones, los sentimientos, las vivencias y decisiones, etc.
  • No hay más que una especie en el género Homo, que tan humano es el Homo Habilis como el del Homo Erectus o el Neandertal o los Davisionanos o el Sapiens.
  • Si observamos cómo está el mundo hoy, podría parecer que nos dirigimos hacia la autodestrucción de la Humanidad, pero también existe un amor desinteresado y un interés por conservar la Tierra como un hogar común para todos los seres humanos  que nos permite ser optimistas.
  • El nivel biológico está en cada uno intrínseca e inseparablemente fundido con el nivel del espíritu que nos permite vivir en relación con los demás y en relación con el universo. No hay dos vidas.
  • Estamos tan bien hechos que es muy difícil, para mí que imposible, superar el límite de la plenitud humana.
  • La maternidad (el cerebro maternal) es un bien sin precio para la sociedad.