El incendio forestal declarado el pasado jueves en la comarca castellonense del Alto Mijares, y que afecta también a municipios de la provincia de Teruel, ha calcinado ya cerca de cuatro mil hectáreas de monte, provocando el desalojo de más de 1.500 habitantes de varios pueblos. Al cierre de esta edición, el fuego seguía activo después de cinco días de intensa lucha contra las llamas. El incendio ha sido calificado por el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, como «de sexta generación» y, por lo tanto, «imposible de dominar con los medios de que disponemos».
Los bosques de las comunidades mediterráneas, resecos y enfermos por culpa de la intensa sequía y la falta de gestión forestal.
Los también llamados megaincendios se caracterizan por la extraordinaria virulencia de las llamas, que avanzan de forma imprevisible y con una velocidad inusitada. Según los expertos, estos incendios están directamente vinculados con el cambio climático y aprovechan la debilidad del bosque, con una masa forestal reseca y debilitada por las plagas, para arrasar con todo, sin dejar apenas opciones de extinción a los bomberos y al resto de operativos que intentan contener su avance.
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