El gobierno autonómico catalán decretó ayer viernes la emergencia por sequía tras 38 meses de lluvias escasas y en respuesta al paupérrimo estado de las reservas de las que se abastecen el área metropolitana de Barcelona y la provincia de Gerona.
Cataluña corre hoy un riesgo extremo.
La sequía, que dura ya tres años, afecta a una población de casi seis millones de personas. En situación de normalidad, las zonas afectadas reciben el agua del sistema Ter-Llobregat, que hoy está por debajo del 16% de su capacidad.
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