Reducir el estrés con la neuroarquitectura: qué es y cómo implementarla
Imagina una ciencia que abraza la creatividad y la estética, una disciplina que une el diseño y la neurociencia para transformar la vida cotidiana en una experiencia más saludable y gratificante. Aí es, precisamente, el emocionante mundo de la neuroarquitectura, un término que, aunque se acuñó en 1998, está en pleno auge en el siglo XXI, ganando protagonismo gracias a su enfoque centrado en diseñar espacios que promuevan el cuidado de la salud mental.
¿Sientes que no desconectas al llegar a casa? Es probable que el interiorismo tenga la culpa.
La doctora Carmen Llinares, vanguardista en el campo y directora del primer congreso NAQ realizado en Valencia, hace hincapié en la importancia de los detalles arquitectónicos que nos rodean: «El diseño de los espacios, la iluminación, el color y el mobiliario son factores cruciales que moldean nuestro estado de ánimo y bienestar general». ¿Y por qué debemos tener en cuenta? Pues porque somos la llamada Indoor Generation: pasamos el 90 % de nuestro tiempo entre cuatro paredes. De ahí que resulte fundamental concebir casas, locales y lugares públicos que generen una experiencia positiva y nos ayuden a reducir el estrés y la ansiedad (dos palabras que, por desgracia, resuenan en nuestro día a día).
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