El sector energético es actualmente responsable de más del 75 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en la Unión Europea. Para hacer frente a este desafío, es necesario aumentar significativamente el uso de fuentes de energía renovable y mejorar la eficiencia energética, lo que no solo contribuirá a mitigar el cambio climático, sino que también ayudará a contrarrestar los impactos negativos que las energías fósiles tienen en la biodiversidad y en la salud de los ecosistemas y las personas.
Los ayuntamientos, agentes clave para la implementación efectiva de instalaciones de energías renovables.
Esta transición hacia energías renovables ofrece oportunidades para el desarrollo local en zonas rurales, aunque es esencial equilibrar los beneficios con los posibles impactos negativos, como los cambios en el paisaje y la producción agrícola. Para ello, es fundamental la involucración activa de diversos actores, como empresas instaladoras, gobiernos locales, regionales y estatales, así como la participación de la sociedad civil.
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