Natalia López Moratalla.
Catedrática emérita de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Navarra. Presidenta de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica (AEBI). Investigadora y autora de multitud de libros.
Juan Enrique Gómez.
Está convencida de que todo lo que ocurre deja huella en el cerebro y enriquece su potencialidad. Natalia López Moratalla (Granada 1946) es catedrática emérita de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Navarra, una investigadora incansable de la verdad y el conocimiento científico, que le llevaron a vivir los inicios de una disciplina que considera apasionante y en la que se puede llegar a comprender los orígenes del hombre y la humanidad. Ha dedicado su trabajo a profundizar en temas tan fundamentales como el cerebro humano y su funcionalidad. Cuando Federico Mayor Zaragoza, en el mítico año de 1968, le recomendó para que viajase de Granada a Navarra para hacer su tesis, se le abrieron las puertas del universo de la ciencia con mayúsculas, donde conjugó los caminos de la investigación y la administración universitaria – llegó a ser vicerrectora en la UNAV—, además de profesora de química en la Complutense, y de Bioquímica en la Universidad de Valencia y la de Barcelona.
Pero han sido sus estudios sobre el cerebro lo que han convertido a Natalia López Moratalla, en un referente internacional de primer orden. Sus libros marcan un antes y un después en determinados conceptos, como que el cerebro tiene género y ‘corazón’, que es el que procesa los sentimientos y las emociones. Cree que la ética es consustancial a la verdad y que el comportamiento ético ha de estar unido a la investigación científica. Natalia López es presidenta de la Asociación Española de Bioética y Ética Médica (AEBI) desde 2007 y vocal del Comité de Bioética de España. Afirma que si una investigación no respeta la dignidad humana, o provoca maltrato animal, no es ética. Posee fuertes convicciones religiosas y defiende que es factible unir la fe y la ciencia, una simbiosis que le ha permitido plantearse hipótesis científicas para entender la realidad. Defensora de la vida, siente dolor ante leyes que la condicionan y limitan.
Gran parte de sus investigaciones han sido sobre el cerebro humano. ¿Es verdad que solo utilizamos y conocemos una mínima parte de su potencial?
No exactamente. Lo que sí ocurre es que el cerebro es ilimitado, infinito, en el sentido que puede establecer un enorme número de conexiones entre neuronas. Pero las conexiones las creamos cada uno con la vida, las emociones, los sentimientos, las vivencias y decisiones, etc. Todo deja huella en el cerebro y enriquece su potencialidad, como también destruye conexiones neuronales la adición, las experiencias traumáticas… No hay dos cerebros iguales, como no hay dos personas idénticas.
Claro, debería ser así, pero únicamente sí todos —sin excepción— tuviésemos un verdadero interés por conocer los orígenes, los fósiles, la prehistoria, cómo y de dónde hemos surgido, qué especies son nuestras hermanas… Si todo el mundo tuviese ese interés y conociese nuestros orígenes, nuestra evolución, la especie llevaría un camino completamente distinto al que hemos seguido hasta este momento y cambiaríamos radicalmente nuestro futuro para tener opciones para seguir siendo una especie más de la biosfera. De no ser así veo el futuro bastante complicado.
Usted afirma, y así lo ha publicado en uno de sus libros, que hay diferencias entre el cerebro masculino y femenino. ¿Cuáles son las más significativas?
Sí. El cerebro se desarrolla desde su inicio al compás de las hormonas sexuales femeninas o masculinas. La huella digital de las conexiones es ya diferente desde la infancia y con la explosión hormonal de la pubertad y a lo largo de la adolescencia se va configurando de una u otra forma. De hecho, el trazado general de las conexiones se realiza en el cerebro del varón en cada hemisferio, mientras en el de las mujeres el trazado general va de un hemisferio a otro. Además, hay diferencias en el modo en que se procesan las emociones y los estímulos sexuales.
Estas diferencias originan una psique masculina o femenina, con sus propias características. Sin embargo, todas las capacidades son humanas y es tarea de cada uno alcanzar el mayor grado y el equilibrio entre ellas. Lo que supone que unos tendrán más facilidad o más dificultad para desarrollarlas que otros y a la inversa.
Esas diferencias son una forma de hablar de una realidad, no una simple metáfora.
¿El género condiciona el cerebro, o viceversa?
El cerebro, como acabo de afirmar, tiene sexo. Y el sexo determina el género. Cuando hablamos de cambio de sexo, o de orientación sexual, debemos tener en cuenta lo siguiente. El cerebro Trans tiene un perfil genético que determina unas conexiones entre neuronas que distorsionan la red de conexiones que procesa la percepción del propio cuerpo. De hecho, las personas realmente de condición transexual sienten repugnancia a las partes sexuadas de su cuerpo, lo que se denomina disforia de género. En las personas con orientación homosexual no hay una determinación genética, pero si una predisposición. Lo importante es que el denominado tratamiento de reasignación de género en el primer caso, y la practica homosexual en el segundo, modifican el cerebro.
El cerebro tiene sexo. Y el sexo determina el género.
Y los adolescentes ¿Es cierto que el cerebro cambia por completo en esta etapa de la vida… y se puede condicionar?
En la etapa adolescente el cerebro queda inundado de hormonas sexuales imprescindibles para que se estructure y se desarrolle; ocurre un auténtico baño hormonal. De forma que se produce una onda de maduración que parte de la nuca y va avanzando hasta la frente en el final de esta etapa. Es importante tenerlo en cuenta para comprender que, de forma natural, el cerebro adolescente es inestable: falta el control de las emociones, sentimiento y estímulos sexuales que procede del lóbulo frontal. Cabeza y corazón no van a la par.
Se explica así el comportamiento, poco racional, de muchos adolescentes y que deja su huella en el cerebro. Las conductas de riesgo, la conducción temeraria, los botellones, etc. son frecuentes en muchos de ellos y les condiciona. La adolescencia es, como se ha señalado, una etapa de la vida en que necesitan que los padres y los educadores les presten su lóbulo frontal. El permisivismo tan extendido en la sociedad y cultura actual tiene consecuencias graves.
Hay una idea suya que me ha llamado especialmente la atención: “La evolución del hombre crecerá en humanidad en la medida en que se afiancen los vínculos familiares, que permanecen imborrables en el corazón del cerebro”…
Efectivamente. El cerebro tiene corazón: el llamado sistema límbico situado entre la corteza —que procesa las razones— y el tronco que procesa lo visceral. El corazón del cerebro procesa las emociones, los sentimientos, los afectos. El cerebro mide distancias; por ejemplo, para las distancias físicas y orientarse en el espacio, construye un mapa mental cartográfico. De igual manera para las distancias afectivas entre las personas construye el mapa mental de los afectos. De hecho, hablamos de que tal persona nos es distante o nos es cercana, de que una persona está por encima o por debajo según la jerarquía profesional, laboral, etc. El mapa mental de los afectos es una esfera. En el centro estamos nosotros y colocamos a las diversas personas en los cuatro cuadrantes de la esfera según, por ejemplo, el eje vertical de jerarquía y el horizontal de afiliación. El centro del corazón del cerebro se enciende con los amores que tienden a distancia cero, como son los amores familiares. Entonces se acortan distancias con las demás personas y caben muchas más en nuestro corazón. La vida afectiva es rica y plenamente humana. Por el contrario, cuando se carece de los fuertes vínculos de los amores familiares, de filiación, de paternidad, de fraternidad…, la vida afectiva se empobrece, es fría. Se padece entonces la más dura soledad.
Los vínculos familiares, imborrablemente grabados, son imprescindibles para humanizar a las personas. La familia importa y mucho.
Se dice que el Homo sapiens prevalece sobre otras especies de Homo gracias al tamaño y uso del cerebro ¿Es la clave de la inteligencia?
Vayamos por partes. El término “especie” es un concepto biológico que marca los límites de unas especies con otras: es el conjunto de individuos que pueden reproducir entre sí. Sin embargo, los paleontólogos usan el término “especie” para indicar restos fósiles localizado en una zona concreta y de un tiempo concreto. Y en este sentido hablan de diferentes especies de Homo, mientras se refieren a poblaciones humanas que vivieron en una etapa de la Humanidad.
Aclarado que no hay más que una especie en el género Homo, que tan humano es el Homo Habilis como el del Homo Erectus o el Neandertal o los Davisionanos o el Sapiens, pasamos a conocer el tamaño y especialmente la forma del cerebro humano a lo largo de los más de dos millones de años de la lenta marcha de la Humanidad.
El cerebro humano es la estructura más compleja y ordenada de la Naturaleza. Es tan grande como el del elefante, a pesar de la diferencia de tamaño corporal. ¿Cómo era el cerebro de los hombres primitivos, o de los neandertales? Lo sabemos por la forma de los cráneos fósiles: de un tamaño ligeramente menor pero sobre todo con una forma, una estructura diferente. Hasta el Sapiens no está la frente vertical, en vez de echada hacia atrás, y los parietales superiores elevados. Así, además de poderse expandir dentro de los límites de un cráneo mayor y de una forma armónica, permite una estructura de conexiones que no podía establecerse antes: las conexiones que forman la importante red neuronal fronto-parietal, clave para el funcionamiento pleno del cerebro.
Siendo humanos todos los Homo, los más primitivos no podían alcanzar en plenitud todas las capacidades genuinamente humanas.
Por último, la inteligencia humana necesita un buen cerebro, pero lo necesario no es igual que lo suficiente. El cerebro de cada uno permite la manifestación de la inteligencia propia, pero es manifestación de la psique humana no solo inmaterial como la de cualquier animal, sino espiritual, libre. Los seres humanos somos necesariamente libres: no estamos determinados, sino liberados del encierro en los automatismos de los animales. Por eso y no solo por un buen cerebro, somos inteligentes.
¿Cree que la Inteligencia artificial puede llegar a emular, con éxito, al cerebro?
La Inteligencia artificial es una potentísima máquina capaz de procesar millones de datos en un tiempo récord; en este sentido le gana la partida a nuestro cerebro, nunca puede por serlo alcanzar a procesar millones de datos simultáneamente. La usamos en muchos procesos. Se le pueden incorporar “emociones”, condicionarles un tipo de conducta, etc., y emplearla para el bien o para el mal. Pero serán condicionamientos, automatismos. Lo que no podrá tener es autoconciencia, decidir libremente sino que ha de obedecer según el programa y de forma automática.
No somos inteligentes solo por tener cerebro sino por ser libres: la libertad nos hace inteligentes.
¿Llegará el hombre a manipular el cerebro a su antojo? ¿Sería ético?
Siempre ha habido “lavados de cerebro” y violencia física para arrancar de la mente información. Manipular a su antojo no. Estamos muy bien hechos y somos —como decía Ramón y Cajal— arquitectos de nuestro cerebro. Las manipulaciones lo estropean. Cuando dicen los transhumanistas que la ciencia permitirá que seamos más inteligentes, o más longevos —inmortales—, cuando dicen que la reedición genética está al caer, están hablando de un futurible de ciencia ficción. Estamos tan bien hechos que es muy difícil, para mí que imposible, superar el límite de la plenitud humana.
Para juzgar éticamente tiene que ser primero real. Lo que se plantean los propulsores transhumanistas desde la ética es que así aumentaríamos las desigualdades de los que son superinteligentes o superlongevos y los que no. Pero eso no es nuevo. Las diferencias existen ya y han existido desde siempre, y tratamos, de buena fe, que haya igualdad de oportunidades.
Hay una línea muy fina entre investigación y ética, ¿Cuál sería la frontera recomendada por la bioética?
La línea roja es muy fina pero bien delimitada. Una buena investigación aporta conocimientos verdaderos y el conocimiento es un bien. Lo “verdadero” es ya “bueno” y ético. Si una investigación, incluso para alcanzar un conocimiento certero, se lleva a cabo sin respetar la dignidad humana, o con maltrato animal, o con medios innecesarios y desproporcionados… ella misma, no es ética. Y por tanto es inmoral para el investigador. Además, todo conocimiento tiene aplicaciones que pueden se justas o injustas, inhumanas o al servicio de los demás y de la naturaleza. Pero la ética, antes que en las aplicaciones, está ya en la misma investigación.
¿Qué le dice su conocimiento del cerebro y de la sociedad, sobre el futuro del hombre… Podremos avanzar o nos encaminamos hacia la autodestrucción?
Cada uno ponemos nuestro granito de arena en la historia. Ciertamente, mirando las guerras, las drogas, la búsqueda de poder a cualquier precio, la desestructuración de la familia, etc. uno puede pensar y temer que estemos yendo hacia la autodestrucción de la Humanidad. Sin embargo, eso no es todo; hay interés por la conservación de la tierra como hogar común de todos los seres humanos, hay una valoración de las actividades de voluntariado como nunca, hay amor desinteresado en muchas personas y un largo etc. que nos permite ser optimistas en la bondad de cada ser humano.
Si observamos cómo está el mundo hoy, podría parecer que nos dirigimos hacia la autodestrucción de la Humanidad, pero también existe un amor desinteresado y un interés por conservar la Tierra como un hogar común para todos los seres humanos que nos permite ser optimistas…
Se piensa que vivimos en un mundo donde los universos paralelos, los multiversos, se desarrollan al unísono ¿podría el cerebro conseguir una conexión entre ellos?
Bueno la conexión existe como pone de manifiesto que cada uno puede vivir, relacionarse con otros, jugar, etc. en alguno de los universos artificiales y en el mundo real. El problema está en la capacidad de los multiversos artificiales de captarnos de tal forma que vivamos alejados de la belleza, la armonía de lo real, de disfrutar de un paseo por un bosque o de subir una montaña… La cuestión está siempre en las decisiones que tomamos.
¿Adentrarse en el conocimiento profundo del cerebro es entrar en territorios reservados a Dios?
No. Somos humanos y Dios no se reserva nada. Nos ha regalado la capacidad de conocer la verdad sobre nosotros mismos. No es celoso de la inteligencia ni de la creatividad humanas.
Ha consagrado su labor investigadora e incluso personal a la búsqueda del origen de la vida. La pregunta es obvia, pero también imprescindible, ¿de dónde venimos? ¿Cómo se origina la vida tal y como la conocemos?
La vida en la Tierra se originó hace millones de años transformando, en unas condiciones únicas y en un medio con agua, los materiales inorgánicos en materia orgánica, siguiendo la leyes de la química. De ella se construyó el ADN y los primeros genomas de los prebiontes de los que derivan las formas más sencillas de seres vivos. Es difícil resumir todos los procesos en este espacio. Lo que es importante es que podemos decir “pudo ser así” pero no pasaremos a certezas absolutas de que fue así.
Para evolucionar necesitó que se fuera formando una atmosfera como la que existe. Significa, por tanto, que en otros componentes del Sistema Solar si hay o hubo agua podría darse formas sencillas de vivientes que nos confirmasen nuestra prehistoria. Sin embargo, el tamaño y la cercanía o lejanía del Sol hace imposible mantener una atmosfera, que permita la aparición de otros vivientes. No parece posible la existencia de unos vivientes como los animales.
Tiene fuertes convicciones religiosas, ¿Es posible consensuar el origen de la humanidad desde el punto de vista científico y mantener la creencia en el creacionismo implícito en las religiones
La fe cristiana no es creacionista como en otras religiones que suponen que la aparición de las especies no es continua desde unas a otras. La Creación es al modo evolucionista y como explica la ciencia no es resultado de un puro azar. El darwinismo sigue estando en el imaginario de la cultura occidental, precisamente porque el azar parece poder alejar la existencia de un Creador. La Selección Natural sería el motor de la evolución de todo lo que existe al elegir entre lo aparecido por mutaciones al azar, los individuos de una población más aptos para adaptarse a vivir en un entorno cambiante.
Sin embargo, en los procesos evolutivos —irreversibles y alejados del equilibrio— el componente azar se entrelaza con el componente determinación. Antes de adaptarse han de aparecer y para llegar a ser se requiere que se constituyan y se construya el organismo, como expresión del mensaje genético. El motor de la evolución es la viabilidad del mensaje genético contenido en el ADN y que cambia y es, por tanto, diferente y propio en los individuos de una especie de los de otra. Hay determinación.
En el origen de cada ser humano, como en los primeros padres, la fe nos indica que hay una intervención de Dios que concede el don de la libertad; don que le permite vivir en relación interpersonal y liberarse del encierro en los automatismos de los animales, como señalé antes. Es decir, el mensaje genético, o principio de vida de todo viviente está potenciado con la libertad de cada uno de los seres humanos. Hay en cada persona humana lo que denomino un plus de realidad. La libertad no procede de la materia humana, puesto que lo que hace es liberarnos de ese encierro en automatismos. Sin ese don no es explicable el psiquismo del ser humano.
¿Entonces, considera que es factible unir la fe y la ciencia?
No solo es factible sino que, al menos para mí, los mensajes de la fe me han ayudado a plantearme hipótesis, a echar las redes lejos y captar muchos datos que, elaborados con criterios científicos, me permiten entender la realidad y especialmente la realidad humana.
¿Y el alma, tiene una explicación biofísica, molecular… o es una apreciación únicamente metafísica o mística en la que la sociedad quiere creer para facilitar nuestra existencia como humanidad?
Tradicionalmente se ha hablado de ‘alma animal’ o ‘alma vegetal’ como principios de vida, a lo que hoy denominamos mensaje genético, inmaterial como todo mensaje. El alma humana es el mensaje genético de cada uno, originado en la fecundación de los gametos de los progenitores, que, como señalé antes, está elevado al nivel espiritual al fundirse intrínsecamente con el don recibido de la libertad. El nivel biológico está en cada uno intrínseca e inseparablemente fundido con el nivel del espíritu que nos permite vivir en relación con los demás y en relación con el universo. No hay dos vidas.
Recibió la medalla de oro de la Universidad de Navarra por su defensa de la vida… qué siente al ver que se crean leyes para liberalizar por completo la eutanasia o el aborto… ¿Tenemos derecho a intervenir en la viabilidad o el futuro de otros seres humanos… no va en contra de nuestra esencia como especie?
Defensa de la vida ‘desde la ciencia’, añadía esa distinción. Si, puedo decir con sinceridad que no he rehuido esfuerzo ni desde el pensamiento ni de la lucha por defenderla desde la concepción hasta su muerte natural, frente a la inhumanidad de leyes tan sumamente injustas. Siento dolor por el daño irremediable que hacen a todos.
¿Qué opina de la universidad actual, están los jóvenes bien formados o hay demasiada ideologización y falta de valores?
La universidad ha bajado intelectualmente. La educación de los jóvenes se ha dirigido más a las aplicaciones prácticas, a alcanzar aptitudes, que a enseñar a pensar y las universidades se han tenido que adaptar a ese cambio. No perder la esencia de “un ayuntamiento de maestros y discípulos”, de profesores investigadores, estudiosos de su materia y alumnos, lo conseguirán los buenos estudiantes. Aquellos que se hacen profundas preguntas y buscan respuesta en diálogo con los profesores que puedan orientarles. No está reñido pensar y conseguir aptitudes para el futuro trabajo profesional, al contrario.
Usted fue pionera de la Bioquímica y la Biología Molecular. No era fácil para una mujer encajar en el mundo de la ciencia
Pionera no, pero sí de la generación que formaron los pioneros de la Bioquímica y la Biología Molecular en España, tras formarse fuera; son ciencias muy jóvenes, yo he tenido oportunidad de conocer a los Premios Nobel que la descubrieron y por supuesto a todos los pioneros. Y he tenido la apasionante suerte de ver nacer la Biología Molecular y algunos de los procesos claves de la Bioquímica. Seguramente por la juventud de los pioneros, y su deseo de preparar a sus discípulos, no me ha sido difícil de encajar, siendo mujer, en el mundo de la ciencia. A las mujeres de mi generación nos ha costado un esfuerzo adicional al no estar tan presente la idea de poner medios para compatibilizar la maternidad y la atención a la familia con la dedicación a un trabajo profesional intenso.
¿Cuál sería su feminismo ideal?
El que no admite que se planteen cuotas para aupar a mujeres sin tener en cuanta si valen y están preparadas para el puesto; es un daño a las mujeres. El que plantea que el trabajo no es enemigo de la maternidad y que la maternidad (el cerebro maternal) es un bien sin precio para la sociedad. El que lucha por conseguir la complementariedad de los varones en el hogar y en la educación de los hijos mediante hacer compatible trabajo y la vida familiar de cada uno, para todos…
La maternidad (el cerebro maternal) es un bien sin precio para la sociedad.
DICHO QUEDA EN EL ÁGORA
EL CEREBRO Y LA CIENCIA
- El cerebro humano es la estructura más compleja y ordenada de la Naturaleza.
- Es factible unir la fe y la ciencia
- En investigación lo verdadero es ya bueno y ético
- Todo lo que ocurre deja huella en el cerebro y enriquece su potencialidad
EL CEREBRO TIENE SEXO
- El cerebro tiene sexo. Y el sexo determina el género.
- El cerebro se desarrolla desde su inicio al compás de las hormonas sexuales femeninas o masculinas.
- La huella digital de las conexiones es ya diferente desde la infancia y con la explosión hormonal de la pubertad y a lo largo de la adolescencia se va configurando de una u otra forma.
- Las diferencias entre el cerebro masculino y el femenino no son una forma de hablar para explicar las cosas; son una evidencia científica que demuestra la existencia de una psique masculina y otra femenina, con sus propias características.
- El trazado general de las conexiones se realiza en el cerebro del varón en cada hemisferio, mientras en el de las mujeres el trazado general va de un hemisferio a otro.
EL CEREBRO TIENE CORAZÓN
- El cerebro tiene un corazón que procesa las emociones, los sentimientos, los afectos.
- El corazón del cerebro se enciende con los amores que tienden a distancia cero, como son los amores familiares. Entonces se acortan distancias con las demás personas y caben muchas más en nuestro corazón.
- Los vínculos familiares, imborrablemente grabados, son imprescindibles para humanizar a las personas. La familia importa y mucho.
El CEREBRO Y LA LIBERTAD
- No somos inteligentes solo por tener cerebro sino por ser libres: la libertad nos hace inteligentes
- Los seres humanos somos necesariamente libres. Por eso y no sólo por un buen cerebro, somos inteligentes.
- La libertad no procede de la materia humana, puesto que lo que hace es liberarnos de ese encierro en automatismos. Sin ese don no es explicable el psiquismo del ser humano.
- La Inteligencia Artificial no podrá tener autoconciencia, decidir libremente sino que habrá de obedecer según el programa y de forma automática.
EL CEREBRO Y LA HUMANIDAD
- El cerebro es ilimitado, infinito. Pero las conexiones que se materializan las creamos cada uno con la vida, las emociones, los sentimientos, las vivencias y decisiones, etc.
- No hay más que una especie en el género Homo, que tan humano es el Homo Habilis como el del Homo Erectus o el Neandertal o los Davisionanos o el Sapiens.
- Si observamos cómo está el mundo hoy, podría parecer que nos dirigimos hacia la autodestrucción de la Humanidad, pero también existe un amor desinteresado y un interés por conservar la Tierra como un hogar común para todos los seres humanos que nos permite ser optimistas.
- El nivel biológico está en cada uno intrínseca e inseparablemente fundido con el nivel del espíritu que nos permite vivir en relación con los demás y en relación con el universo. No hay dos vidas.
- Estamos tan bien hechos que es muy difícil, para mí que imposible, superar el límite de la plenitud humana.
- La maternidad (el cerebro maternal) es un bien sin precio para la sociedad.
Me parece un artículo genial.Conocer cuanto implican nuestras emociones en el cerebro. Cuantas cosas maravillosas desconocemos y no aplicamos de la ciencia. Y de estas personas importantes que han dedicado toda su vida a la investigación.
Toda mi Consideración.
Me parece un artículo impecable y valiente.
Nuestra sociedad necesita gente como Natalia López Moratalla, sobre todo docentes que formen en valores y ciencia a nuestros jóvenes, para un nuevo mundo y una Humanidad nueva.
Un artículo interesantísimo. Infinitas gracias.
Muchas gracias por esta interesante entrevista.Gracias por acercar a Natalia, científica y humanista.Esto debería llegar a todos los colegios.
Me ha parecido un magnífico artículo que aporta mucho más sobre el cerebro y su corazón, sus conexiones y nuestra vida, muchas gracias!!