El movimiento Serranía Celtibérica, impulsado por el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Teruel Francisco Burillo, nació en 2011 con la vocación de impulsar el desarrollo del territorio más despoblado de España y lograr el reconocimiento de su singularidad, un sueño que aún hoy refleja pocos avances.
“Tenemos infraestructuras que son deficitarias en algunos casos, pero no tercermundistas”.
Uno de sus protagonistas es Miguel Ángel Casado, apicultor y agricultor en la Comarca de Molina (Guadalajara) y coordinador de la iniciativa en su zona, a la que volvió tras probar suerte en la ciudad y por cuyo reconocimiento lucha desde varios frentes.
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