Junto a esta reserva de más de 33 hectáreas, propiedad de la empresa pública ACUAMED, el Tancat de la Pipa y el Tancat de L’illa, construidos sobre antiguos campos de arroz, realizan la función de “depurar y renaturalizar” el agua que finalmente llega a l’Albufera, aunque los especialistas advierten de que no es la única solución para revertir la situación del enclave natural.
El Tancat de Milia es uno de los tres humedales artificiales que, según expertos ambientales, están consiguiendo en los últimos años.
Los tancats ayudan porque lo que hacen es contribuir a la renaturalización del agua, es decir, que llegue menos contaminada y lo más parecida posible a la de un ecosistema sano”, ha explicado a EFE el Catedrático de Ecología de la Universidad de Valencia, Antonio Camacho.
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